Absalón Alomo
Desde que llegaron los menonitas a la provincia, los productos lácteos tienen otro gustito. Será tal vez la Biblia que leen desde chicos, será el aire campesino que se obligaron a soportar, será el largo trayecto que hacen desde el fondo del desierto para llegar a esta ciudad, no se sabe. Lo único cierto es que alegran las calles de los alrededores de la plaza Libertad y más allá también con esa conversación mezcla de alemán, mejicano y santiagueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario