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11 de septiembre de 2008

El día del Milagro


Ariel Horacio Sequeira
La procesión de Nuestro Señor del Milagro en Salta congrega a unos 300.000 peregrinos de todo el país y de todas las clases sociales.

Puede decirse que la memoria de Salta está contenida en el culto del Milagro. Esta tierra no conoce otra fiesta tan antigua ni tan masiva y que al mismo tiempo comprenda a todas las clases sociales. Como cada septiembre de la procesión participarán más de 300.000 personas, movilizando a peregrinos de todo el país.
El presbítero Pablo Oscar Martínez, vicario de la catedral de Salta, puntualmente recuerda que el 13, 14 y 15 de septiembre son los días principales de la solemnidad del Señor y la Virgen del Milagro de Salta. El 13 se recuerda la protección que el Señor y la Virgen brindaron a los pobladores durante el terremoto de 1692, y se celebra principalmente el día Nuestra Señora del Milagro, mientras que el 14 es de la exaltación de la Cruz y el 15 el día del Señor del Milagro, cuya procesión se realiza en horas de la tarde, llevando a cabo la renovación del pacto de fidelidad.
La novena comienza el 6 y culmina el 14. En los días previos se llevan a cabo las peregrinaciones de las instituciones educativas, políticas, sociales y culturales hacia al santuario, que parten desde toda la provincia. Esta solemnidad se remonta al Siglo XVII, por lo tanto su historia tiene más de tres siglos sobre sus espaldas.
Este año la feligresía ha sido convocada bajo las siguientes motivaciones: "Vivamos el milagro como discípulos de Cristo, y además se instituyeron otras tres intenciones; para catequizar la diócesis, para que la educación sea una prioridad y para tomar en serio nuestro compromiso ciudadano", puntualiza el sacerdote.
Más allá de los preparativos para estas solemnidades, es necesario buscar en el tiempo el origen de este culto que hoy define una manera de ser del pueblo salteño. Eran las 11 de la mañana de aquel fatídico 13 de septiembre, hace más de 300 años, cuando un terremoto destruyó la población de Talavera del Esteco cobrando numerosas víctimas y dañando de forma considerable a la propia Salta. De acuerdo a los registros del listado de terremotos históricos del Instituto Nacional de Prevención Sísmica, se trató de un movimiento telúrico de una magnitud de siete puntos en la escala de Richter y de nueve en la Mercalli.
El sismo conmocionó a los salteños quienes acudieron a la iglesia matriz a rogar piedad al Santo; el templo estaba cerrado y la gente presa del pánico se encaminó hasta la plaza para suplica perdón a Dios. De alguna manera este habría sido el comienzo de esa arraigada devoción al Cristo y a la Virgen.
Aquel terremoto sólo dejó escombros de la pecaminosa ciudad de Esteco y cuantiosos daños en la ciudad fundada por Hernando de Lerma, asistido por el Fray Francisco de Victoria.
Si bien la destrucción de Esteco aún no se conocía, le gente acudió al templo para postrarse ante el Santísimo Sacramento. Allí la sorpresa no fue menor la iglesia también mostraba la furia del temblor, sin embargo la imagen de la Inmaculada Concepción permanecía de pié, aun cuando había caído de su nicho que estaba emplazado a varios metros de altura, no mostraba señales de daño alguno mientras que su hornacina estaba totalmente destruida. La Virgen ahora estaba al pie del altar mayor elevando su rostro y sus ojos hacia el sagrario.
Fue en ese momento cuando los salteños advirtieron que el rostro de la Santa Madre cambiaba de tono, expresando dolor por la tragedia; su tez hasta entonces un tanto obscura, se tornada pálida.
Aquellos signos fueron interpretados por la gente como una advertencia de Dios. En medio de la angustia y el temor la imagen de María fue transportada hasta la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano y allí se oró durante toda la noche.
En la mañana del 14 de septiembre, se instaló la Virgen en el exterior de la Iglesia Matriz, para que todos la pudieran venerar. Cuentan las crónicas de la época que allí continuaron los cambios del color del semblante de la imagen, al tiempo que la gente comenzaba a hablar del Milagro.
Este sería el origen de este culto para la gente de Salta que desde entonces mantiene su devoción. La tradición recuerda que el padre Carrión recibió la revelación de que el Cristo de la iglesia matriz que jamás había salido en procesión, perdonó a Salta, debido a la súplica de la Virgen del Milagro.
En medio de la desolación por el sismo y los prodigios de la Virgen, continuaron los temblores durante toda esa jornada. Ante esa situación los curas mercedarios dieron inicio a las procesiones y oraciones.
Para la mañana del 14 comenzaron a llegar las primeras noticias de la suerte corrida por la población del Esteco. Fue en ese momento que el sacerdote jesuita José Carrión, aseguró haber escuchado al Señor que le indicaba que sacara la imagen del Santo Cristo confinado al altar de las ánimas de la iglesia matriz, para llevarlo en procesión por la ciudad. Así los jesuitas liberaron de su encierro a aquella imagen, la depositaron frente a la iglesia que estaba en el centro de la ciudad. El Cristo fue llevado en procesión por los fieles para que cesaran los temblores, y esto finalmente ocurrió.
Pero de dónde había llegado esa imagen que ahora se manifestaba en medio de la tragedia y el dolor.
La historia recuerda que el Cristo fue un regalo de Fray Francisco de Victoria, Obispo del Tucumán, quien habría sido el único prelado presente en la fundación de una ciudad en estas tierras, como lo fue Salta en 1582.
Una vez concluido su servicio pastoral, se dirigió a España, y antes de morir remitió a América dos cajas, una con la imagen de la Virgen del Rosario para Córdoba, y otra con el Señor Crucificado para la Iglesia Matriz de Salta.
La tradición recuerda que fue en el puerto de Callao donde sucedió el primer milagro. En las aguas de esa ciudad peruana fueron divisadas dos cajones que flotaban sin más rastros de la embarcación que las habría acercada o de la tripulación que las habría conducido. Rescatadas del océano revelaron su rico tesoro.
Ambas imágenes fueron llevadas en procesión por los pobladores hacia Lima y cuenta la tradición que al llegar a esa ciudad las imágenes fueron veneradas por Santa Rosa de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo y San Martín de Porres.
Con responsabilidad y sabiduría las autoridades decidieron cumplir con la voluntad del Obispo; el Señor Crucificado fue llevado a lomo de mula hasta Salta y la Virgen del Rosario a Córdoba.
Para el 15 de septiembre de 1592 el Cristo llegaba a la ciudad fundada por Hernando de Lerma, mientras la Virgen del Rosario, continuaba su camino hacia Córdoba, quedando en el convento de los Padres Dominicanos.
Después la euforia inicial por el arribo de estas imágenes, lentamente comenzó otra historia signado por el olvido que relegó a al Jesús Crucificado al altar de las ánimas, por espacio de un siglo. En el curso de los próximos cien años la devoción se relajó y la imagen fue olvidada por todos, hasta el terremoto de 1692.
Cuando empezaron los temblores el 13 de septiembre de aquel año, la ciudad de Esteco, rica y pujante, pero apartada de Dios, se hundió, para nunca más resurgir.
Y fue así que la mañana del 15 de septiembre, la imagen del Cristo salió del templo a hombros de las autoridades seguido por el pueblo. Fue en ese momento que cesaron temblores. Algunos historiadores recuerdan que: "Salta no era Esteco y su población fue salvada por la intervención del Señor y su Divina Madre".
Los salteños agradecieron a la Virgen del Milagro y suplicaron perdón al Cristo.
La Virgen de la Purísima Concepción, fue traída desde España para ser alojada en la capilla particular de la casa solar de los Alarcones, en Salta, siendo esta una poderosa familia que todos los años, el 8 de septiembre, la transportaba hasta la iglesia de la ciudad para costearle una Misa especial. Sin embargo aquel año de 1692, olvidaron la imagen y la dejaron en el templo, circunstancia en que ocurrió el terremoto, por lo que la gente lo tomó como otro milagro.
La intervención oficial ante estos hechos se remonta al 8 de octubre de 1692, cuando el cabildo salteño calificó de milagrosos los sucesos del 13, 14 y 15 de septiembre. La Virgen fue designada abogada, declarándose día festivo el 13 de septiembre.
Mientras que el 13 de octubre de ese mismo año se reconoció a Nuestra Señora como Patrona y Abogada de Salta.
La historia recuerda que los salteños se salvaron, gracias a la protección de la Virgen del Milagro y del Santo Cristo Crucificado, de un nuevo terremoto en octubre de 1844. Así fue que en señal de agradecimiento se colocó al pie del Señor una cinta de plata que decía "Tu noster es, et nos tui sumus" (Señor tú eres nuestro y nosotros tuyos).

El pacto con la Virgen María
Virgen Inmaculada, Madre y Señora Nuestra del Milagro, el pueblo de Salta postrado a vuestros pies, quiere reconocer y renovar los votos de sus padres, al jurar vuestro patronato y ponerse bajo vuestra protección. Si en presencia del Cielo y de la Tierra hacemos nuestro el voto que en septiembre de 1692, hiciera este pueblo de celebrar los días en que os manifestasteis su especial protectora y juramos teneros siempre por Madre y Abogada nuestra. Y vos Señora dignaos bendecir y proteger este pueblo, mirándolo como heredad vuestra, para que sea siempre fiel a la fe, a las enseñanzas de la Iglesia y a los compromisos contraídos.
Nuestra Señora del Milagro rogad por nosotros amén.


Si bien el pacto de fidelidad se establece desde los comienzos mismos de estos hechos, sus textos datan recién de 1847.

Una fiesta para todos los estratos sociales
El vicario de la catedral de Salta, Pablo Oscar Martínez, destaca que esta solemnidad es la más importante para la feligresía salteña, "si bien existen otros movimientos y expresiones de piedad y religiosidad popular; las festividades de mediados de septiembre mueven a mucha gente".
Al profundizar asegura que el momento más importante de esta solemnidad es la renovación del pacto de fidelidad. Este se formalizó en cuanto a su texto en 1847, porque en 1844 se repitieron los temblores en esa región, con la misma magnitud que a finales de 1600. Precisamente desde ese año se comienza rezar un texto que se escribió ante esos hechos.
"El tiempo que precede al 15 de septiembre (desde finales de julio) está caracterizado por la penitencia. La gente se acerca a buscar la reconciliación con Dios", señala el sacerdote.
Sin poder abstraerse de la historia recuerda a grandes rasgos que en septiembre de 1692 la ciudad se vio sacudida por fuertes temblores y que fue un sacerdote jesuita quien recibió la inspiración de sacar al Cristo que estaba relegado al altar de las ánimas. "El sacerdote se sintió inspirado para sacar la imagen y animar al pueblo para la penitencia. Los pastores de ese tiempo interpretaron que los sacudones de la tierra, eran en realidad sacudones de la conciencia de los pecadores", dijo el vicario de la catedral.
Así habría comenzado un proceso de arrepentimiento de la gente de sus pecados, originándose la primera peregrinación de penitencia.
Una vez más apelando a las tradiciones recuerda que prodigiosamente la imagen de la Inmaculada Concepción que estaba en la iglesia matriz cayó de pié desde su altar durante los temblores. "En ese momento comenzó a mudar de colores su semblante, se abren sus manos en señal de petición, en dirección al sagrario del templo. La iglesia de ese tiempo interpretó que María cayó en actitud de oración ante Jesús (sagrario); al pié del sagrario y que allí intercediendo el perdón pediste de nuestros excesos", apuntó.
Desde luego esa imagen no sufrió daño alguno como consecuencia de terremoto y es la que hasta el presente los fieles adoran en la catedral basílica.
"De esta manera el pueblo de Salta, a partir de estos sucesos, le dedica al Señor del Milagro parte importante de su vida y promete fidelidad a Dios; para ello hace una alianza como el Señor, que reza: Tú eres nuestros y nosotros somos tuyos", destacó.
A partir de ese momento se formaliza esa alianza.
El presbítero Martínez considera que el milagro ha inspirado la cultura, la poesía y la música de Salta. "De allí que el Señor y la Virgen se convirtieran en los patrones tutelares del pueblo de esa provincia. La particularidad de esta solemnidad es que genera un clima de recogimiento, de oración y de penitencia; esto excluye cualquier otro evento cultural, musical o deportivo en la Salta. Es importante destacar que esto no fue una imposición de la iglesia; por el contrario es la manera como el pueblo salteño le rinde su tributo al Señor", aseguró.
Para el sacerdote es importante recordar una vez más que los orígenes de esta solemnidad son la penitencia y el recogimiento por los pecados cometidos.
Para comprender con exactitud la importancia de estas festividades es necesario saber que durante todo agosto todas las instituciones peregrinan al santuario, siendo mayoría las escuelas. "Todas concurren al santuario desde todas partes de Salta; delegaciones organizadas por cada establecimiento durante agosto visitan al Señor y a la Virgen del Milagro", destacó.
Desde hace tres años el último día de peregrinación, se lleva a cabo el Milagro con los niños, convocando en ese caso a los jardines de infantes, realizando también la renovación del pacto de fidelidad para los más pequeños.
El Milagro salteño congrega a todos los estratos sociales. "El Milagro es la alianza de amor entre el Señor y el pueblo de Salta, que se vive en lo cotidiano y se renueva cada 15 de septiembre. En esa fecha el pueblo, junto a los peregrinos que llegan desde todo el país, hacen una opción por el Señor y le decimos y hacemos el voto de nuestros padres", apuntó el sacerdote.

Solemne Triduo
Jueves 13
Solemnidad de la Santísima Virgen del Milagro, homenaje del clero diocesano y seminaristas
"Virgen del Milagro, gloria de este pueblo, en quien siempre haya todo su remedio"
Las misas son a las 7, 8, 13, 17, 19, 20 y 30 y 22.
A las 10 es la misa estacional y las 13, Santa Misa.
A las 19, misa en homenaje al padre Carrión, sacerdote jesuita que recibió la inspiración de sacar al Señor del Milagro por las calles.
A las 20 y 30 es la procesión de Penitencia con la Cruz primitiva del Señor del Milagro en memoria de la Procesión de Penitencia del año 1692. Saldrá de la Parroquia San Juan Bautista de la Merced (Caseros 869) hasta la Iglesia San Francisco para concluir en la Catedral.

Viernes 14
Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
"La Santa Cruz es trono para Nuestro Señor Jesucristo. Tan noble Rey venció en ella al pecado y la muerte, no al modo humano, sino al misterioso modo divino."
A las 7 y a las 8, Santa Misa
A las 10, Misa Estacional y a las 13, Santa Misa.
A las 17, 19, 20 y 30 y 22, son las Misas del Peregrino
A las 24, la Santa Misa ofrecida por la Hermandad del Milagro.
Noche de vigilia y oración.
No se cierra el Santuario.

Sáb 15ado
A la 1 y 30, 2 y 30 y 4 y 30, Santa Misa
A las 6, Misa ofrecida por la Guardia de obreras del Señor del Milagro.
A las 8, Santa Misa.
A las 10, Misa Estacional.
A las 12 se cierra el templo para preparar la procesión.
A las 15 y 30, concentración de Instituciones y fieles.
16 y 15, es la procesión histórica de las Sagradas Imágenes de el Señor y Virgen del Milagro, de la Virgen Coronada de las Lágrimas, y de la Cruz Primitiva del Señor del Milagro.
A las 18 y 30, es la renovación del Pacto de Fidelidad, por el Arzobispo, autoridades de de Salta- Himno Nacional-Regreso de las Imágenes.
A las 20 y 30 es la Misa del Peregrino.
Y a las 22 y 30 se cierra el Templo.

Pacto de fidelidad
Divino Jesús crucificado y Señor nuestro del Milagro, el pueblo de Salta hoy postrado en vuestra presencia viene a renovar el voto de sus mayores, cuando acudiera a vos encontrando remedio en su aflicción. Si ante esa cruz que nos enviasteis a través de los mares para ser nuestro escudo y defensa, juramos lo que juraron nuestros padres, teneros siempre por padre, abogado y patrono y reconocer vuestra real soberanía sobre todos los pueblos y especialmente sobre el nuestro.
Confesamos que sois el camino, la verdad y la vida. Así de los individuos, las familias, pueblos y naciones y que lejos de vos y de los esplendores de vuestra cruz, sólo se encuentran engaños y amarguras. Hacemos nuestros el pacto de fidelidad celebrados por nuestros antepasados, prometiendo que vos dulce Jesús, serás siempre nuestro y que nosotros seremos siempre tuyos.
Extiéndanse vuestros brazos sobre este pueblo y la Nación argentina, para protegernos y defendernos y hacer que las verdades de nuestra fe y enseñanzas de nuestra iglesia, sean siempre el norte de nuestras acciones y el fundamento inconmovible de nuestras instituciones.
Señor del Milagro salvad y bendecid nuestro pueblo, Amén.

14 de agosto de 2008

Jesuitas virtuales


María Cristina Vaca


"Imágenes virtuales, para el Retablo, en la Capilla Mayor de la Iglesia Santa María Magdalena, conforme al inventario y tasación de bienes que realizara en 1768 la Junta Real de Temporalidades, a la Compañía de Jesús en San Miguel de Tucumán", tal es el título de un trabajo académico que se reservó para ser publicado en esta primera edición regional de El punto y la coma.

Para crear las imágenes digitales que aquí presento, del hoy inexistente Retablo, de la Capilla Mayor en la Iglesia Santa Maria Magdalena, he basado mi investigación, principalmente en el inventario y tasación de bienes que realizó la Junta Real de Temporalidades, en 1768, a la Compañía de Jesús, en San Miguel de Tucumán, después de su expulsión de estas tierras.
Con Celia Terán, que había realizado un trabajo de Investigación sobre "La Iglesia Jesuítica Santa María Magdalena en San Miguel de Tucumán. Consideraciones sobre su Patrimonio Artístico", acordamos que sería conveniente para el hombre actual, ver en imágenes, el Retablo Mayor, convirtiendo así, al frío relato notarial de los inventarios en una reconstrucción virtual.
Para ello he utilizado información bibliográfica como fotográfica, preferentemente, de obras jesuíticas existentes, u otras que se consideró convenientes por aproximación descriptiva o estilística, las que se convirtieron en el punto de partida, desde el cual a través de transformaciones virtuales, materializaron conforme a la descripción del documento histórico.
El Retablo, en su tiempo, ya era considerado sumamente valioso, lo que queda plasmado en el inventario y su pronta desaparición lo atestigua. Como dice la Dra. Terán en la obra anteriormente mencionada, "Se realizaron dos compulsas de estos bienes. La primera, iniciada el 29 de mayo de 1768 por la Junta Real de Temporalidades, es finalizada el 30 de marzo del año siguiente. Un segundo inventario, concretado el 7 de junio de 1784 se concreta a los efectos de hacer la entrega, a la orden de San Francisco, de dichas propiedades y bienes. O sea que, con un lapso de 16 años que media entre uno y otro recuento, poseemos dos registros minuciosos del patrimonio, lo que nos permite contar con una información cabal del mismo capaz de ser avalada, confirmada y clarificada por la comparación entre los dos registros."
Para que se pueda comparar las imágenes virtuales que se encuentran en este documento, adjunto las imágenes de las que se partió para crearlas y transcribo a continuación el primer inventario mencionado:
"En la ciudad de San Miguel de Tucumán en este Colegio que fue de los Padres Jesuitas titulado de Santa María Magdalena en la Iglesia en diez días del mes de Septiembre de mil setecientos sesenta y ocho; yo el Juez y acompañados en Consorcio del Señor Vicario Juez Eclesiástico el Doctor Miguel Gerónimo Sanchez de la Madriz, como también los tasadores que son nombrados para efecto de tasar la Iglesia Don Manuel Alberti, Don Antonio Souza, y Don Gabriel Rubert los cuales hacen la tasación siguiente = Primeramente, la Iglesia con paredes de ladrillo con cincuenta varas de largo, y diez de ancho; con su media naranja, y sus dos colaterales con cincuenta varas y dos tercios de ancho y diez de largo, el techo de bóveda de tablazón, con sus arcos dorados en la misma forma, tasamos en veinte y cinco mil pesos, incluso la torre. $ 25.000.

Item. El retablo de la Capilla Mayor de talla que llena toda
la testera dorado, y pintado, compuesto de tres cuerpos, el primero con tres nichos de tres caras sobre torno, en el del medio un sitial de colocar la custodia del Santísimo de dos varas y cuarta de alto, forrado de láminas de plata de realce en mucha parte sobre doradas, y esmaltadas con piedras de varios colores llamadas comúnmente de Francia que al parecer se compone de cincuenta marcos de plata; y en otra cara de este - mismo nicho de un lienzo de Nuestra Señora de Belén de medio cuerpo - con marco grande de madera de talla todo dorado; y en la tercera cara simulacro alguno destinado para el que quisieren colocar; en el nicho del mismo primer cuerpo de la parte del Evangelio, en la primera cara una imagen de talla de San Luis Gonzaga de vara y media de alto con un crucifijo a proporción en las manos, todo de madera encarnada; en la segunda cara un lienzo de dos varas y media de alto, y de ancho a proporción en que está pintada de buen pincel Nuestra Señora de Dolores; y la tercera cara sin imagen alguna, en el nicho del mismo cuerpo que está a la parte de la Epístola una imagen de San Estanislao Cosca, a proporción de San Luis, y un lienzo de pintura de San Juan Evangelista a proporción del expresado de Dolores; y la tercera cara también sin imagen alguna; en el segundo cuerpo otros tres nichos cada uno de dos caras, en el de en medio en la una cara una imagen de madera de talla de San Ignacio de Loyola de vara y media de alto vestido con ornamento sacerdotal de la misma talla con la diadema de metal sobredorada, en la mano derecha el nombre de Jesús hecho de plata sobredorada con peso de dos marcos, y en la izquierda un libro de madera con título - de las Constituciones de la Compañía; en la segunda cara una imagen - de San Francisco Javier de la misma estructura vestida de roquete y estola con un crucifijo proporcionado también de madera, en el nicho del mismo cuerpo de la parte del Evangelio una imagen de Santa María Magdalena de la misma estatura y estructura con una disciplina en una mano, y en la otra una cruz, en la otra parte sin imagen alguna; en el nicho del lado de la Epístola en la una parte una imagen de San Francisco de Borja de la misma estructura vestido de sotana y manteo de su religión, y al pie una calavera coronada, y un sombrero de cardenal de la misma fabrica; en la segunda parte una imagen de San Juan de Pomozeno de la misma estructura vestido de roquete y muzeta con una Lengua en una mano y una palma en la otra, y al pie del retablo una mesa de altar de hermosa hechura = todo de talla que sirve también de frontal, y un sagrario de la misma estructura que el retablo; todo lo referido tasamos en diez mil pesos $ 10.000.
Item. Dos altares……" y continúa describiendo tantas otras cosas, de mayor o menor valor para ellos, pero sumamente valiosa para quienes como yo, logra "conocerlo", virtualmente, doscientos treinta y cuatro años después.
Al final de este documento puede leerse lo siguiente: "Con lo cual queda concluida la tasación de todo lo perteneciente a la iglesia que se halló en este Colegio de San Miguel de Tucumán, que según parece monta la cantidad de cincuenta y dos mil ciento treinta y dos pesos, reservando continuar con las demás tasaciones de la iglesias que se hallan en las estancias, y para que conste lo firmé yo el Juez con los acompañados y tasadores en este colejio de la ciudad del Tucumán en catorce días del mes de septiembre de mil setecientos sesenta y ocho años =Juan Adrián Fernández Cornejo = Doctor Don Miguel Jerónimo Sánchez de la Madriz = Francisco Antonio de Sorroza = Pedro Collante = Juan Correa = Antonio de Souza y Meneses = Manuel Alberti = Nota = Se advierte que Don Fermín Tejerina, salió de esta ciudad el día doce del corriente a cumplir una Real Provisión de la Real Audiencia con licencia del Señor Gobernador , por cuya razón
- no firma "
Este trabajo, es solo un principio, una punta de iceberg, que nos permite hacer pie para futuras investigaciones, cuando contemos con un mayor sustento documental, pero nos permite colaborar a crear en el hombre argentino, a través del conocimiento y valoración de los mismos, el hoy inexistente sentido de propiedad, que le llevará a crear las leyes necesarias para proteger y conservar su Patrimonio Artístico Cultural, en resguardo de su identidad y en el de las generaciones futuras.

María Cristina Vaca: Antecedentes
Investigación
1995-1997. En el programa: "El patrimonio artístico de Tucumán y el Noroeste argentino".-como integrante en el proyecto "Informatización y catalogación del patrimonio cultural" dirigido ambos por Celia Terán, avalados y financiados por el Consejo de Investigaciones de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Tucumán.
1998-2000. En el programa: "El patrimonio artístico-cultural de Tucumán como integrante en el Proyecto "El patrimonio artístico de Tucumán: arte cúltico y monumentos públicos dirigido ambos por Celia Terán, avalados y financiados por el Consejo de Investigaciones de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Tucumán.
2001-2004. En el Programa: "El patrimonio cultural de Tucumán". Como integrante en el Proyecto: "El patrimonio artístico de Tucumán" dirigidos ambos por Celia Terán, avalados y financiados por el Consejo de Investigaciones de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Tucumán.
2005-2008. Como integrante en el Proyecto: "El patrimonio cultural de Tucumán", dirigido por Celia Terán. El que es avalado y financiado por el Consejo de Investigaciones de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Tucumán.
Producción artística
2000- Vida, pasión y misterio, en el Centro Cultural de la Ciudad de Concepción, Tucumán, auspiciado por la Municipalidad de Concepción, con motivo de su centenario.
2000- Vida, pasión y misterio, en el Museo de Bellas Artes "Jorge Mendoza" de San Salvador de Jujuy, auspiciado por la Dirección de Cultura y Turismo de la Municipalidad de esa Ciudad.
2001- Vida, pasión y misterio, exposición de esculturas, sobre arte sacro en el Paseo Shopping de Yerba Buena en Tucumán.
2003- Exposición de la muestra "Ecce homo" en la Cripta Jesuítica del Noviciado Viejo en la ciudad de Córdoba.
Diciembre del 2003 a diciembre del 2004.
Expuso con otros artistas, por doce meses, tres de sus obras, en la Casa de la Cultura de Yerba Buena.

8 de agosto de 2008

Entrevista con Julio Carreras


Juan Manuel Aragón

Julio Carreras (h), en una extensa entrevista que concedió a esta revista dijo que aunque la humanidad se ha beneficiado y ha obtenido sus avances espirituales casi exclusivamente por causa de los conceptos que han transmitido los escritores, nadie le paga a alguien para que sea solamente escritor. En estas tres páginas se ha resumido gran parte del pensamiento de este artista santiagueño.

¿Quiénes son sus autores preferidos en el orden mundial, nacional y local?

-Me estremeció desde niño el Martín Fierro de José Hernández, vibré en la adolescencia leyendo Facundo (pero ese libro, escrito para difamar al caudillo, sólo intensificó en mí la admiración que sentía por él); a los 18 años leí a Jorge Luis Borges y me gustó mucho, también Cortázar, Gudiño Kieffer, García Márquez y varios del Boom Latinoamericano, que por entonces -68, 69- estaba en su mayor efervescencia. Yo vengo de una formación historietística en la infancia. Tuve la inmensa suerte de ser niño y adolescente justo cuando la Argentina se convirtió en la meca mundial de la historieta, con guionistas y dibujantes de quienes no dudo fueron los mejores del mundo. Digo Hugo Pratt, José Luis Salinas, Roume, Casalla, Vogt, Solano López, Breccia, Durañona... y Ohesterheld... el gran, el inmenso Ohesterheld.
Pero con el tiempo los que fueron quedando en mi gusto, como preferidos, aquellos que uno desea leer una y otra vez, sin cansarse, fueron solamente tres: Edgar Allan Poe, Hermann Hesse y H. P. Lovecraft.
En el orden local, el único que me llegó a gustar mucho fue Horacio Quiroga, y en el local-local, el Shunko de Jorge Washington Ábalos. Moisés Carol tiene historias magníficas, pero muchas veces arruinadas por su enredada escritura. Me gustaría leer algo más de lo poquito que vi de Carlos Abregú Virreina, Roberto Castro, Carlos Bernabé Gómez o Andrónico Gil Rojas, pero no se consigue.
-¿Cuáles serían los escritores santiagueños indispensables en cualquier biblioteca?
-El mencionado Jorge Washington Ábalos, Clementina Rosa Quenel, Blanca Irurzum, Canal Feijóo, Betty Alba, Felipe Rojas, Alberto Alba, los hermanos Wagner; también, si se lo considera santiagueño, Ricardo Rojas. Y un libro, que no es de un escritor, sino de un especialista en literatura: Santiago en sus letras, de José Andrés Rivas. Este libro recoge muchas de las mejores páginas de la literatura santiagueña, inéditas o imposibles hoy de hallar.
Actualmente hay autores que me parecen buenos, como escritores, que tienen libros necesarios; por ejemplo, Guillermo Pinto, y Juan Manuel Aragón (h).
-¿Los santiagueños gustan leer los autores locales?
-Me parece que no, porque nadie se interesa por editar ni promover la literatura local. Por lo general los libros que salen aquí son pagados por sus propios autores, aunque lleven algún supuesto sello editorial.
-¿Escribir es un oficio o un divertimento?, ¿por qué?
-Para mí es una profesión. Trabajo en ella como un constructor o un carpintero. Me pongo plazos y objetivos, horarios, volúmenes de producción y los cumplo.
Todas las cosas que hice en mi vida, desde niño, fueron así. Cuando decidí dibujar y pintar, me sometía por voluntad propia a horas de agobiador ejercicio.
Con la guitarra fue lo mismo.
Tal vez la autora de ese criterio fuese una profesora de piano durante mi infancia, la señora Luisa Santini de Vélez. En el conservatorio Rossini, donde me inscribieron a los cuatro años, solía ponerme dos horas por día ante el piano repitiendo, una y otra vez, ejercicios de cuatro o cinco notas recurrentes, monótonas.
Recuerdo que solían agarrarme unas horribles cosquillas en la columna a la altura del coxis y ganas de huir corriendo de aquellas obligaciones extenuantes. Pero finalmente vencía a mi propia desesperación, y cumplía esas tareas con dignidad.
-¿Le produce dolor escribir, como dicen algunos autores, siente placer o tiene otra sensación?
-Escribir cansa mucho. Especialmente los ojos. No, no lo hago por placer. Si fuera por mí, no escribiría. Lo que más me gustó hacer desde chico es pasear por los montes de Santiago. Acostarme en el suelo durante horas, mirar esos pequeños "bichitos" blancos que juegan contra el cielo celeste en los días de sol. O bañarme en el río. Esas cosas me gusta hacer, no escribir ni programar los argumentos que escribo.
Si escribo, es porque creo que hay muchas cosas importantes que puedo decir, y también realidades que puedo ayudar a mejorar, escribiendo.
-¿Es cierto que para escribir primero hay que vivir?
-Blaise Cendrars dice eso. También me di cuenta que al leer libros de personas que habían tenido una vida muy intensa, o practicaban estrictamente aquellas ciencias o disciplinas de las que escribían, eran mucho más convincentes e interesantes de leer.
Personalmente desde niño siempre quise tener una vida tranquila. Ser un buen pequeño burgués, con una casita modesta pero linda, vivir rodeado de mi familia. Cruelmente me persiguió la fatalidad desde la infancia. Gran parte de mi vida transcurrió bajo tormentas políticas, sentimentales o sociales. La muerte, que desde niño me provocaba un dolor insoportable, una y otra vez me burló, fagocitando a seres muy queridos. Algunas veces me quejé, interiormente, de tal destino. Pero ahora no: con el amor y el arrepentimiento, el esfuerzo por tratar de ser cada día un poquito mejor, las cosas, dentro de mí, fueron armonizándose. Y al pasar los años logré entrar en una etapa de constante tranquilidad y paz. Al presente periodo intenté reflejarlo en un libro, parecido a un diario, que se llama Fulgor de los damascos.
En literatura, no hay cosa que más me guste que inventar un argumento metafísico, imposible, y convertirlo a través de palabras engarzadas, en algo convincente, real. Como esa vez, en 1986, que El Liberal publicó un cuento, El Malamor, y alguien a quien no conocía llamó por teléfono para que "le diéramos más datos", pues creía que se trataba de una historia real. Guillermo Abregú, que por ese entonces estaba a cargo de la sección Cultura, me lo pasó. "No, doctor", le dije por teléfono (era un médico, Anelli)... "esa historia es totalmente inventada".
-Usted ha escrito novelas, cuentos, ensayos, poesías, artículos periodísticos. En cuál de estos géneros se siente más cómodo.
-Me gusta escribir cuentos. No muy largos, ni demasiado cortos. Y como les decía, cuando más totalmente imaginarios son, mejor. Siento una satisfacción especial cuando los releo, luego de haberlos corregido, pasado en limpio y dejado descansar, al menos una semana, al considerarlos terminados.
-Qué está escribiendo en estos momentos.
-Ahora, además de numerosos artículos que siempre escribo para medios en Internet, estoy pasando en limpio una novela que escribí de un tirón entre la primavera de 1989 y el verano, tórrido, del 90. Esa novela tendría también una trayectoria tórrida.
Luego de escribirla, se la di para pasar en limpio a una especie de amiga que por entonces tenía, quien me cobró demasiado y (como yo no sabía nada de computadoras entonces), no me advirtió que podía guardar el contenido en disquetes. Luego, en tres copias, la mandé (apresuradamente) al concurso de Planeta, que no ganó. Cuando un amigo porteño fue a retirarla, le dijeron que la mitad de las carpetas, inexplicablemente, se habían perdido (eran seis carpetones voluminosos, que había hecho encuadernar en El Liberal).
Cuando más tarde tuve una imprenta, encomendé a uno de los empleados que tipeara nuevamente la novela. Pasó tres meses haciendo nada más que eso (y cobrando un sueldo para hacerlo), pero lo hizo mal. La copia final quedó llena de errores, ortográficos y de tipeado, lo cual me depri mió bastante.
Entonces ocurrió algo en mi vida personal que me fastidió mucho, y para no descargar mi ira sobre nadie, en un arranque de amargura tomé todos los originales (cuatro cuadernos grandes que había escrito a mano) y todas las copias de la novela y los corté en varios pedacitos con la guillotina de la imprenta, tirándolos luego a un gran tacho de basura.
Varios días después, cuando ya me había pasado la furia pero quedaba algo de amargor subyacente, como una borra en mi alma, descubrí un paquete extraño arriba de unos estantes, que me llamó la atención. Al bajarlo y abrirlo vi que había quedado allí... ¡una copia de la novela! La peor, la más llena de tachones y errores, impresa en hojas de descarte, alguna con manchas de tinta o impresiones que no tenían nada que ver al otro lado de las páginas.
Por fortuna estaba visitándome en la imprenta en ese momento una amiga entrañable, Tamara Sperat, a quien conté la historia, pues delante de ella había desarmado el paquete. Entonces me dijo, "no hagas nada ahora... dámela, yo te la voy a guardar, hasta que estés bien y decidas sin presiones qué vas a hacer... de paso, la leo". Estuvo cerca de un año en su casa. Y cuando ella decidió trasladarse a otra provincia, tuve que ir a retirarla.
Estuvo allí en una bolsa de plástico, bajo otros paquetes, durante algunos años. Pero cuando empecé a tipearla de nuevo, y por lo tanto leerla, me di cuenta de que es algo muy importante en mi vida dejar bien corregida y terminada esta novela. Por eso es que ahora me puse, con todo ahínco, a tipearla completamente otra vez.
Y se sabe que pasar en limpio para un escritor nunca es sólo eso. En el proceso de transcripción agrego capítulos, mejoro otros, quito lo que ahora, algo más maduro espero, se me presenta como superfluo.
Se llama El alma en cada abrazo. Es una historia de amor de los 70.
-La lectura, según algunos, es un hábito que se va perdiendo. ¿Es importante rescatarlo?, ¿por qué?
-Esta alarma por el supuesto decrecimiento de la lectura yo nunca lo compartí. Desde sus inicios, hacia fines de los 70. Desde aquél tiempo es que se machaca con que "cada vez se lee menos", que "los niños son cada vez más analfabetos", y se toma la tarea de "promover la lectura" como una sagrada misión.
Yo creo que siempre, desde la aparición del libro, la gente común leyó poco. O leyó obras de escasa trascendencia, como los millones de folletines que se difundían en Francia hacia finales del siglo XIX. Hay que tener en cuenta que en ese entonces los libros -explotados por los capitalistas como una industria editorial-, ocupaban en la existencia de las personas el sitio que hoy está llenando el televisor.
No me parece tampoco una "sagrada misión" meterle medio a la fuerza a la gente la "obligación moral" de leer, son pena de ser estigmatizado de otro modo como un oscurantista regresivo. Esto en parte porque veo que muchos de quienes se ocupan de estas campañas de promoción hacen su negocio de ello, obteniendo buenos salarios, viáticos y otros beneficios que estarían ausentes de sus vidas sin dicho "apostolado". Y también, por cierto, la que más se benefician, que son las gigantescas empresas editoriales que necesitan imperiosamente, no tanto que lean, sino que compren sus productos -es decir, los libros.
Es que la lectura siempre tiene algo de trabajo, de tarea, nunca es un "placer" completo. Al leer un libro, después de cien o doscientas páginas te arden los ojos, el cuerpo se te acalambra, si lees muchos libros llega un momento en que comienza a molestarte la columna.
Sucede que, como escuchar música clásica, o desentrañar la física cuántica, leer es una de las actividades que mayores beneficios trae a los seres humanos. Leer es la mejor actividad para ejercitar el pensamiento, y se aprende a pensar sistemáticamente, precisamente, leyendo. Entonces, así como para todo ser humano la gimnasia debería ser algo imprescindible, también leer lo debería, pues como digo el pensar es como mover los músculos. Si no los ejercitas -a los músculos- o se atrofian o se deforman.
Pero bueno. Así como hay tantos obesos en Santiago, porque no tienen la voluntad suficiente para comer solamente lo necesario y mantener una dieta sana, así también hay personas que tienen la mente deforme porque no son capaces de leer más allá de alguna que otra noticia social en el diario. Y por eso los rectores de sus pensamientos son personajes tan tristes como Maradona, Tinelli o Mirtha Legrand.
Sin embargo, aquellos que ejercitan sistemáticamente su pensamiento a través de la lectura, lo seguirán haciendo, desaparezcan o no los libros, los diarios y cualquier otra página impresa. Seguirán leyendo en las computadoras, en holografías, o comoquiera que se presenten los textos mediante el desarrollo de nuevas tecnologías.
El papiro, o los rollos de corteza, que atesoraban los conocimientos, por ejemplo en la Biblioteca de Alejandría, y eran tan importantes para el mundo antiguo, desaparecieron, y no por eso las siguientes generaciones quedaron sin lectores.
-¿Qué le diría a quien se inicia como escritor?
-Es una linda profesión. Sólo que tienes que trabajar el doble. Tienes que trabajar -si quieres dejar escrito algo de verdadera importancia- en construir primero tus conocimientos, luego tu vida interior, por fin tu lenguaje, para escribir tus libros. Y tienes que trabajar en cualquier cosa, a veces hasta barriendo calles, si no queda otra, para obtener algún recurso económico (si quieres tener familia). Pues aunque la humanidad se ha beneficiado y ha obtenido sus avances espirituales casi exclusivamente por causa de los conceptos que han transmitido los escritores, nadie le paga a alguien para que sea solamente escritor.

Quipu

Para mí la revista más importante que hicimos, con Juan Manuel Aragón (h), es Quipu. Después hice otras con sentido algo utilitario, como La Razón del Consumidor, o espiritual, como Arcos. También me marcó el trabajo en revistas de Córdoba, durante mi juventud, como Patria Nueva o Posición, donde alcanzábamos una excelencia técnica por entonces difícil de lograr aquí. Pero Quipu de Cultura fue la publicación justa, en el momento justo, y los contenidos justos que debíamos dar a conocer en aquel periodo histórico. Seguramente ha influido en varios lectores santiagueños, eso se va viendo en un periodo largo de tiempo. La mayor influencia que suele darse es que esos lectores modifiquen sus vidas, para bien, y también que reproduzcan, apropiándoselos, aquellos contenidos, para transformarlos en nuevas obras de arte o pensamientos acrecentadores.
Debemos tener en cuenta, también, que Quipu se vendía sólo parcialmente aquí. De quinientos ejemplares, aquí se vendían más o menos la mitad. El resto iba a otras provincias, principalmente Córdoba. Allí teníamos una corresponsal extraordinaria, Ivana Alochis, joven escritora y profesora universitaria, que llegó a vender, ella sola, unos doscientos ejemplares. Hablo reiteradamente de "vender", pues no teníamos un centavo de capital, y encima nuestros ingresos personales eran bastante magros. Así que cada número de Quipu se hacía con el dinero obtenido por las ventas del anterior. Si no se vendía un número, el número siguiente no salía. Así de simple. Y Quipu dejó de salir porque a mí me contrataron en El Liberal, para que hiciera el suplemento de Cultura, y Juan comenzó a trabajar en el Nuevo Diario. Entonces ya no nos quedaba tiempo para seguirla haciendo como queríamos, con un muy buen nivel. Sin embargo, no nos lamentamos: "cada cosa suele tener su tiempo bajo el sol".
¿Qué significó en mi vida? Un momento de crecimiento espiritual. Recuerdo que una tarde, releyendo un Editorial, me di cuenta de lo que constituía el verdadero poder. Me di cuenta de que el poder no lo controlan quienes tienen grandes capitales, edificios, instalaciones o armas. El poder lo manejan quienes son capaces de controlar su interior. El Universo es una gran dínamo, una fuente inagotable de energía. El nodo desde donde se conectan los entes, de todo tipo, con ese centro de poder universal está en el interior de cada ser. Comprender eso, modificó sustancialmente mi vida. Y ocurrió como parte del proceso para las ediciones de Quipu.

Misión ética del escritor

Julio Carreras (h)
A las empresas editoriales les conviene que el escritor produzca bellas composiciones dentro de una ideología multivalente, permisiva. Que el libro también sea sólo un objeto de placer. Porque la base del comercio capitalista es que el objeto de uso agote su valor intrínseco, para que el consumidor -así lo llaman ellos- salga desesperado, si tiene dinero, a buscar un objeto nuevo. Que lo haga olvidarse de sí mismo, náufrago doliente en el perverso mundo de relaciones equívocas creado, precisamente, por el capitalismo.
Así aparecen y desaparecen escritores como este brasileño mefistofélico, que ya ni me acuerdo cómo se llama, medio degenerado, de quien decían también que era amante de la Bolocco (cuando ya estaba con Menem). "Búm", sus libros se venden como choripanes en La Bombonera durante una final de Boca y River. ¿Y después? Puf, desaparece. Ni sus nietos se acuerdan de él. Hacen mucha guita, por lo general, como Britney Spears o Madonna. Pero nadie puede decirme que esas dos minas son, ni felices ni verdadero ejemplo para nadie.
La misión ética que debe cumplir un escritor, según creo, es ser cada vez mejor, acercarse cada vez más, en su vida personal, a la perfección. ¿Por qué? Pues porque si es responsable, se trata de alguien que tiene acceso, por sus estudios, a las mayores fuentes de sabiduría que creó la humanidad en su ya larga evolución de 50.000 años.
¿Y de qué se trata la perfección? Nadie vaya a creer que es vestirse bien o ponerse cada día anillos de oro distintos, a cual más sofisticado. Buda y Jesucristo nos indicaron muy claramente qué es la perfección. Basta con estudiar profundamente sus enseñanzas, y perseverar cada día en practicarlas con mayor eficiencia. Lo cual no es nada fácil, pero creo que sí es posible, al menos acercarse a ella, como muchos grandes sabios lo han demostrado, en estos últimos 2000 años.

5 de agosto de 2008

"En Santiago no hay un Cervantes"




Juan Manuel Aragón

El poeta Alfonso Nassif renovó su viejo anhelo de que los escritores santiagueños sean, de alguna manera, financiados por el Gobierno. También repasó su trabajo acerca de una monumental antología de poetas del norte que terminó de redactar recientemente. Y anticipó que está preparando una selección de las cincuenta obras de autores santiagueños que no deberían faltar en ninguna biblioteca. La entrevista que se ofrece a continuación se realizó unos días antes de que Nassif acudiera a la Feria del Libro a presentar el último tomo de la Fundación Argentina para la Poesía en la que figura junto a otros dos autores santiagueños. En su casa de la calle Independencia, recibió al periodista de esta revista con mate en bombilla y la cordialidad y amabilidad que siempre lo caracterizaron.

En una extensa entrevista que concedió a esta revista, el poeta Alfonso Nassif sostuvo que en Santiago no hay ningún Cervantes, Borges o Neruda, "pero de todas maneras no van venir Cervantes ni Borges ni Neruda a escribir la obra de Santiago del Estero", renovando así un pedido de ayuda para los escritores santiagueños. Confirmó que ha terminado una antología de los poetas del norte y anticipó otro trabajo: una recopilación de las obras fundamentales de los escritores santiagueños, para ser recogidas en una obra que podría llegar a los veinte tomos. Serían unos cincuenta libros, que cabrían en veinte tomos.
A continuación, una parte de la extensa charla con Nassif.
-¿Cómo se hizo la antología "Poesía 69"?
-La hicimos por pedido de Carlos Sánchez Gramajo, que estaba de director de Cultura. En ese momento se gastó mucho dinero, se hicieron dos mil ejemplares, de los que solamente aparecieron unos doscientos. Nos dieron cien para la presentación y uno o dos a cada uno. A los 20 días renunció Sánchez Gramajo y se hizo cargo no me acuerdo quién. Era un abogado, que figura en la antología. Y desaparecieron cerca de mil ochocientos libros. Nunca se supo qué pasó con eso. Seguramente nos tendría rabia, porque pensaría que le estábamos haciendo la contra a la dirección de Cultura. Y no es así. La dirección de Cultura está para ayudarnos en nuestro trabajo, para ayudar a los que hacen realmente la cultura. Siempre se piensa al revés, que desde las direcciones de Cultura se va a hacer la cultura. Ellos tienen el presupuesto, pero el dinero es para los artistas. Todo es cultura, desde que el hombre se ha puesto una piel encima o ha encendido un fuego, ha cambiado la naturaleza. La cultura es un cambio de la naturaleza. Hacer una comida es cultura, gobernar es cultura. Pero cada área tiene su presupuesto, educar es cultura y tiene su ministerio de Educación, curar es cultura y está el ministerio de Salud. El presupuesto de la cultura debe ser para los artistas, para los que dejan en la poesía, en la pintura y en la música lo que va a quedar para siempre. Los gobiernos no quedan, queda el arte. Nosotros no somos Cervantes, pero de todas maneras no van venir Cervantes ni Borges ni Neruda a escribir la obra de Santiago del Estero: la escribimos nosotros. Que nadie piense que somos Homero o Dante o Cervantes, ¡no!, ¡no! Pero somos los Homeros, Dantes y Cervantes de Santiago del Estero, quiérase o no. Ellos no van a venir a hacer nuestras tareas. Entonces están obligados a darnos ayuda, desde siempre, tanto los funcionarios de cultura de la Nación, como de la Provincia. En este momento están muy bien pagados los escritores del Chaco, más de mil pesos reciben, lo mismo que en Salta y La Pampa. Es un reconocimiento al mérito. No es fácil vivir. Yo estoy cobrando 400 pesos o el mínimo de jubilación como empleado bancario. Y con ese dinero sería imposible vivir, necesito trabajar en otra cosa. La mayoría de los artistas vive pobre. Desde Santiago, durante 50 años, jamás se ha pedido un peso a la Secretaría de Cultura de la Nación, cuando todas las demás provincias pedían dinero. Y todos los años se entregaban 200 mil pesos, lo que significa que si ahora se pide habrá un millón de pesos para cada provincia. Para eso está la Secretaría de Cultura de la Nación, para dar el dinero a la provincia y las provincias lo deben dar a los artistas.
-¿Qué es la poesía espacial?
La poesía espacial se me ocurrió en el año 61, con el Sputnik, cuando se venía aproximando el futuro. Había una idea muy clara de que había otro futuro, que ya no era el mismo. Y en definitiva,, después de 45 años uno se da cuenta de que lo mismo era para la guerra. El 31 de agosto de 1969, se publican dos páginas completas sobre la ese tema. Esa idea era, no como la ciencia ficción, nosotros teníamos la seguridad de que existen hermanos en el cosmos, es decir que tiene haber planetas habitados, no podemos pensar que somos los únicos, seríamos demasiado orgullosos si creyéramos eso. Y que algún día nos vamos a comunicar. Yo he escrito un poema larguísimo, de más mil versos, que se llama "El viejo de la calle aérea". El poema comenzaba diciendo, "Poeta de otro planeta", hablando el destino de la tierra, del hombre, del futuro, la idea de la conquista espacial. Íbamos a intercambiar poesías. En el año 63 lo conozco a Dino Taralli y en el 64 ya estábamos todos juntos en la asociación María Adela Agudo, que ellos la habían fundado en el 61. Es decir que todo el nudo, en aquel momento, empieza en el 61.
-Cuarenta y cinco años después, ¿qué ha cambiado en su poesía?
-Sigo pensando lo mismo, Es decir, hay una teoría detrás de todo esto. Sigo creyendo que hay un más allá en el futuro, hay un más allá en la realidad y hacia adentro del hombre, hacia adentro de las piedras, del mínimo microbio sigue habiendo cosas infinitamente absolutas. Ese algo que nos lleva a pensar que de Cristo hasta aquí no ha pasado un billón de segundos: necesitamos casi 20 mil años para que pase un billón de segundos. Entonces vivimos muy poco. Creo que la humanidad está demasiado infatuada y los gobiernos del mundo o por lo menos los que quieren ser dueños del mundo y que en definitiva no son absolutamente nada, esto es totalmente pasajero. Lo único que podemos hacer es el bien. La poesía se resuelve, casi diríamos que en cuestiones matemáticas. Hay muchísimos poemas espaciales de Dalmiro Coronel, de Carlos Artayer, de Felpe Rojas, Carlos Eduardo Figueroa y mucha gente que en este momento no recuerdo.
-Corre la versión (anticipada por esta misma revista), de que ha terminado una obra monumental, una antología de los poetas del norte. ¿Es cierto?
-Con "Poesía 69", tomamos la iniciativa de hacer antologías de provincias, Catamarca recién hizo la suya en el 2005. La antología de poetas de La Rioja, comienza expresando "como dice Alfonso Nassif". En 1978, hago la antología de los poetas de Santiago. De todas maneras yo siempre he pensado que haciendo la antología del noroeste íbamos a ponerla a Santiago adelante en cuanto a publicaciones de este tipo. Desde 1982, vivo comprando libros del noroeste. Viejé por todas las provincias del norte comprando libros o algunos me regalaban los amigos. También me hice amigo de una cantidad inmensa de poetas. Y todo esto me ha ayudado ahora para hablar por teléfono, comunicarme por internet. Ha sido una tarea ardua, de dos años de trabajo. Menos mal que con los libros que había ido adquiriendo, pude resolver la selección de los poemas. Después me acompañó mi hija Yezmín para redactar las biografías que es, en definitiva, lo más arduo. Las direcciones de Cultura, no de Santiago sino del resto del norte, si se las consulta no tienen un dato de sus artistas. Salta tiene una página una página de internet con información sobre sus escritores, pero eso ha comenzado este año. El trabajo también era arduo porque había que buscar entre mil escritores, para llegar a una selección de 270. Esto es una tarea de locos: un año me llevó el estudio y otro la selección de las poesías. Había que leer mil libros en un año, lo que da tres libros por día, sin descansar ni sábados ni domingos. Esto lo hice porque debía hacerlo, no porque esté buscando plata ni porque alguien me vaya a pagar algo. Creo que sí se va a publicar, porque es un pedido especial de la Biblioteca Nacional. Entregué toda la obra hace un mes dos meses. El libro posiblemente tendrá unas 600 páginas.
-¿Será en un solo tomo o en varios?
-Yo quisiera que sea en uno solo. El problema de los dos tomos es que uno compra uno y después no puede comprar el otro. Creo que una obra debe ser integral.
-Pero ya tenía hecho el estudio y una selección de los poetas de Santiago. ¿Eso le ha servido?
-Sí, sí. De Santiago son 50 poetas, de Salta lo mismo, de Catamarca y de Jujuy son algo así como treinta cada una, de la Rioja son 55 y de Tucumán he puesto más, son 62 ó 64. Espero que los poetas no se enojen, porque por ahí uno se olvida de alguien.
-¿Ha tratado de ser lo más exhaustivo posible?
-No he puesto a mi padre, que fue poeta y que está en la antología de Santiago, tampoco a mis hijos ni a mis nietas. Podría haberlos incluido, pero en ese sentido, he tratado de ser total y absolutamente riguroso. No creo que nadie pueda encontrar una mala poesía entre las mil que seleccioné. Además, en rigor de verdad, la poesía mala no existe, simplemente no es poesía.
-También está haciendo un trabajo sobre la literatura santiagueña. ¿Podría adelantarnos de qué se trata?
-La idea es dar una lista de los libros que es preciso publicar. Son más o menos doscientos, de los cuales, importantes son unos cincuenta. Eso se puede resolver poniendo varios libros en un solo tomo, porque algunos no son muy extensos. Podrían entrar tres libros de Orestes Di Lullo en un solo tomo. Hace unos 25 años he visto, dentro de un baúl, unos 27 libros inéditos. Yo hice la denuncia en el diario y dije que se necesitaba publicarlos. Creo que se publicaron dos o tres. También habría que reeditar algunos libros de Bernardo Canal Feijoo, lo mismo que los libros de Dalmiro Coronel Lugones, que podrían entrar en un solo tomo. Pero pueden entrar más autores santiagueños, porque María Adela Agudo tiene un solo libro, pero podría agrupársela con Clementina Rosa Quenel, que tiene dos. Y pueden entrar varios autores de cuentos juntos, como Tito Fiorentino y Carlos Manuel Fernández Loza y alguno más en un tomo de 400 páginas. Pero hay que poner libros enteros, no una selección. Se trata de idear una colección de los libros fundamentales de los autores santiagueños.
En estos momentos la única colección que existe es de la fundación Argentina para la Poesía, de la cual el tomo XV se presentó el 29 de mayo en la Feria del Libro. En esa selección de quince tomos hay 150 poetas y de Santiago hay tres, nada más: María Adela Agudo, Lisandro Pereyra y yo. Y creo que voy a conseguir que entren dos o tres poetas más de Santiago, por lo menos para el número XVI y XVII.
-¿Quiénes serían esos dos o tres más?
-Yo quisiera que figurasen Carlos Artayer, Carlos Eduardo Figueroa y Felipe Rojas, además la Pocha Ramos y Betty Alba. La gente joven tiene tiempo para estas cosas. De todas maneras esta gente publica un libro cada dos años más o menos. Esto comenz{o en el año 75, lo que quiere decir que han pasado treinta años para hacer quince tomos. La selección que hacen también es bastante rigurosa. Allí han publicado Horacio Armani, Edgar Bailey, Manuel Castilla, Girri, Juarroz, Madariaga, Alonso, Antonio Requeni, Manuel Antonio Pérez, lo mejor de la poesía, Walter Adet, Alejandra Pizarnik, Nicandro Pereyra.
-¿Cómo fue la movida de la poesía en las provincias del norte?
-Creo que Santiago y Salta han sido los que han movido la poesía de la década del 50 en adelante. Tanto La Brasa, en su momento, con Canal Feijoo y otros como La Carpa en Tucumán. Pero La Carpa no es tanto por los poetas tucumanos sino por Manuel Castilla y Raúl Aráoz, salteños, Raúl Galán, jujeño y María Adela Agudo, Carola y Marina Briones y Nicandro Pereyra de Santiago del Estero. Lo de Tucumán en esos momentos no es tan importante. En esos tiempos nace un gran movimiento en Tucumán, pero a través de los escritores de otras provincias del norte. Después se agrega gente de Catamarca. En La Rioja tuvieron su propia movida, Calíbar y en Jujuy, Tarja, en el que estuvo Jorge Calvetti, Héctor Tizón y Andrés Fidalgo. Nosotros nos hemos movido muchísimo en Santiago, a través de Dino Taralli y había investigadores que venían a Santiago para ver qué estaba pasando en ese momento. En la Argentina creo que ha habido pocos poetas comparables a Vallejos, a Neruda o a Huidobro. Entre ellos está Enrique Rampone, de Mendoza, en La Plata está Roberto Themis Speroni, en Buenos Aires hay varios, Jorge de Lellis, Girri y más cerca, en Salta está Walter Adet, en Catamarca Juan Bautista Salazar. No pasan de 20 poetas, los que puedan figurar hoy en una antología americana.
-¿Y la literatura de Santiago qué opinión le merece?
-Santiago ha quedado muy rezagado. Creo que del 80 para aquí apareció muy poca gente. He intentado hacer de nuevo talleres literarios y la gente no ha ido. Quiero enseñar lo poco que sé y creo que a pesar de ser poco, para algunos puede ser mucho.
-Recuerdo el grupo "La Trova".
-Pero eso sucedió hace más de treinta años. La gente no acude, no sé qué pasa en Santiago. Pero te podría decir que después de 1985 no conozco casi a nadie nuevo. No hay concursos literarios, no hay incentivos. Estoy tratando de ver si desde Cosquín se lanza un concurso nacional de poesía, de gente de hasta 35 años, para ver cómo está la juventud, porque si en todas partes está como en Santiago, va a ser demasiado triste. Yo lo escribí en la poesía del noroeste, esto sucede después de la Guerra de las Malvinas, después de todo lo que pasó con la persecución de los militares también. Hay un desencanto general, tanto en literatura como en la política.
-Habría que reconocer el trabajo de escritores como Dino Taralli, que fue un gran gestor de la cultura de Santiago.
-Sin Taralli hubiéramos seguido en la prehistoria. Si Taralli no hubiera hecho los treinta números de los Cuadernos de cultura, no hubiéramos tenido historia. Además de allí se toman todas las biografías que hay. Ha publicado cerca de 200 escritores santiagueños y lo hacía científicamente, porque estaban las biografías, la dirección y el teléfono de cada uno. Es una tarea valiosa. Después de ese intento de Taralli no hubo absolutamente nada. La sociedad está en deuda, pero no con los escritores, (quiero que se me entienda y vuelvo a lo que conversábamos hace un rato), al ayudarnos a nosotros, el gobierno estáría ayudando a la provincia. En este momento figuro en muchísimas entradas del Google, aparezco en Europa Press entre los mejores 31 escritores del mundo de habla hispana, mi palabra tiene que ser creíble entonces, por lo menos en poesía. Con la muerte de Carlos Manuel Fernández Loza, Santiago ha perdido no solamente un gran escritor sino todos sus conocimientos teóricos sobre literatura argentina y mundial. Lo mismo con el fallecimiento de Taralli. Por eso creo que se debe aprovechar a la gente que está viva hoy. Como dice el tango de Discépolo, "hay un frío cruel peor que el odio, punto muerto de las almas". ¡Los santiagueños no nos podemos dar el lujo de estar en un punto muerto de las almas! Si bien es cierto que es necesario el trigo, la carne, resolver el problema de la pobreza, debemos resolver también los dramas del espíritu.
-¿Cree que se van a ir solucionado los dramas de los artistas?
-Creo que sí, porque creo en este gobierno. Creo que se están haciendo bien las cosas. Se está comenzando a ayudar a los artistas. En algunos momentos de la historia reciente, le pedíamos por favor al gobierno que no nos haga la contra. No pedíamos ayuda sino que no nos hicieran la contra.
-¿Por qué cree que hay tanta incultura actualmente?
-El problema es que se ha perdido el gusto por la cultura. Yo dejaría todas las materias. No enseñaría ni matemáticas por dos años: enseñaría a leer. Porque sin lectura no hay posibilidad humana de entender nada. Borges decía que no puede existir una materia que se llame lectura obligatoria, porque nadie puede me puede obligar a tener un placer, pero en eso estaba equivocado. Porque si al niño se le da la posibilidad de estudiar o jugar, va a jugar no va a leer. Si Borges no hubiera sabido leer, no habría tenido el placer de la lectura. Y Borges, a pesar de ser un gran lector, lo ve al problema desde su punto de vista, no desde el lado de la educación. Sin lectura no hay nada. Yo voy a proponer que se editen libros mínimos y se repartan a todos los estudiantes para ver qué pasa con este problema.
-En las canchas se reparten libros de cuentos sobre fútbol. Una iniciativa, creo, de la Secretaría de Cultura de la Nación...
Todo libro sirve. Pero desde el orden nacional, aunque se hagan las cosas mal, están obligados a hacerlo porque tienen mucho dinero.




Deudas retroactivas
Hay que decir que en el peor gobierno que hemos tenido, que es el de Carlos Juárez, se respetó siempre la ley que protege a los escritores, y se llegó a pagarnos deudas retroactivas, lo mismo que en el gobierno de la Nina de Juárez. Eso queda como una marca de que se debe respetarnos. Pero nadie nos paga a nosotros, sino que nos dejan vivir para que hagamos cosas para la provincia, que si no las hacemos nosotros, nadie la va a hacer. Estoy de acuerdo que la cultura de la canción también es cultura viva, sin ninguna duda.
Un festival de canto es algo que mueve al pueblo y que es bueno para la alegría, para los festejos, pero eso se pierde en el tiempo, el libro no. Las dos cosas son necesarias y está bien que se hagan diez festivales, pero en el mismo tiempo habría que editar un libro. Como también son necesarias las exposiciones de pintura, pero no las exposiciones aquí, sino que se mande a los pintores a Buenos Aires, a Chile, al Uruguay, adonde fuere.
Han sido embajadores –porque de otra forma no hubieran sido nada- escritores como Neruda, Octavio Paz, Héctor Tizón, Amado Nervo, Rubén Darío. Sin eso no hubiesen conocido el mundo.

Alfonso Nassif




La poesía espacial
En 1969 una nueva forma de mirar al mundo venía pidiendo pista: poetas santiagueños inauguraban en el diario El Liberal una manera de acomodar los versos para que estuvieran a la altura de los tiempos que se avecinaban. En julio, Neil Amstrong, holló por primera vez tierra lunar, un mes después la poesía espacial reclamaba su lugar en Santiago.

El domingo 31 de agosto de 1969, en un suplemento de arte y literatura del diario El Liberal, aparecieron dos páginas dedicadas a la poesía espacial. Ricardo Dino Taralli la definió como "aquella que intenta manejar a través de su expresión los fundamentos de la ciencia y la técnica, sus triunfos, encaminados dentro de una visión poética, con originalidad", y agregaba que "el poeta traslada esos aconteceres a la materia poética, que resalta mediante sus construcciones figurativas". Un poco más adelante, en la misma entrevista, dirá que "nuestro interés alcanza a los problemas de la realidad humano-vital y lo certificamos con nuestro canto".
Ese mismo día y en la misma página, figura Felipe Rojas. "No está lejos el hombre de los secretos del espacio y no lo ha estado nunca. La vida en la tierra es afirmación y espacio. La poesía, que es una realidad de estos polos antiquísimos, siempre estará latente en los encuentros y secretos del hombre y el espacio, aún presintiéndolos o remontándose con su imaginación hacia el advenimiento. El hombre se encontrará pronto con esas nuevas eras y tendrá que ser distinto el movimiento de sus quehaceres y otras las ideas que lo acometan".
Habían pasado unos días nomás de la llegada de Neil Amstrong a la Luna y el optimismo estaba a flor de piel.
Carlos Artayer, siempre en ese mismo diario, recuerda que hasta esa fecha no existían publicaciones orgánicas en la materia, pero, dice "el grupo María Adela Agudo estudia la posibilidad de editar una revista con temas espaciales". A continuación recuerda unas jornadas poéticas en las que se comentaron "temas espaciales de interés por sus enfoques". Afirma que "la técnica y la poesía pueden estar distanciadas; muchas veces la poesía columbra horizontes que la ciencia o la técnica apenas presiente, y recíprocamente el progreso tecnológico científico sostiene la circunstancia humana del poema y su ubicación en el tiempo y en el espacio". Y concluye sosteniendo que la poesía de Santiago "está centrada en esta era de permanente asombro".
La entrevista del Liberal finalmente le pregunta a Alfonso Nassif, qué considera poesía espacial. Vamos a la respuesta: "Espacial, en poesía, no es nada más que un tema, un elemento nuevo para el campo de la lírica y de la épica. Lírica como estremecimiento y asombro; épica como un triunfo cantando a la realidad o a la imaginación de lo que adviene en el mundo. La premisa en que se sustenta la poesía espacial es simple. El futuro existe: de ese futuro lo más importante serán las conquistas espaciales. Entonces merecen nuestra atención como hombres y nuestra dedicación como artistas. Desde ese futuro surge un misterio que antes lo vivían los poetas en la religión, en la filosofía, en la realidad cósmica de todos los momentos de la vida. A este misterio se agrega la realidad-fantasía que nos lleva por rumbos de esperanza y vaticinio".
Como se ve, eran tiempos venturosos. El futuro era puro optimismo.

15 de julio de 2008

Los comienzos de la fotografía en Santiago


Nano Gigli atesora el archivo fotográfico y fílmico de su padre más el que fue creando a lo largo de su vida. En una larga conversación con esta revista contó a cerca de los inicios de una técnica por entonces revolucionaria en la provincia.

La creación de la fotografía se remonta a 1850. Sacar una fotografía en esa época era todo un arte, porque era muy complicado. Las cámaras había que montarlas en un trípode y el sujeto tenía que estar inmóvil varios minutos a pleno sol. Por eso en Santiago, muchas fotografías no había, porque con el calor, nadie se exponía a estar media hora en el sol. Con el tiempo fue avanzando la fotografía, se hicieron películas más sensibles, que requerían menos tiempo de exposición.
En Santiago hay muy pocos registros fotográficos hasta 1900. Luego sí, Santiago contaba con fotógrafos profesionales, como el señor Andreoli, que realizaba los clásicos retratos. Era una profesión muy lucrativa, porque un retrato era bastante costoso, pero nadie se daba el gusto de no tener uno. Luego mi papá, Vicente Gigli, que había fundado la casa en 1910, se interesó por la fotografía. Adquirió primero una cámara que utilizaba un film pack, que era anterior al rollo, como el sistema de la Polaroid, varios negativos que se iban sacando unos tras otros mediante unas lengüetas. Expuso las fotos en la vidriera, luego las vendió y logró que de la firma Kodak, que era sinónimo de fotografía, como lo es ahora, la representación exclusiva de sus productos.
Entonces en su casa, aparte de sacar retratos hacía el servicio de revelado y venta de cámaras fotográficas.
Mi padre, en su afán de brindar un servicio a la comunidad, que lo siguió toda la vida, más que un comerciante, amaba su profesión, así que tomaba fotografías de todos los acontecimientos que sucedían en Santiago y luego los exhibía en la vidriera, sin tener en cuenta el lucro. Luego se interesó por el cine, y así registró con su cámara cinematográfica -las primeras eran a manivela, muy pesadas y difíciles de manejar- todo lo que se producía en Santiago del Estero, acontecimientos sociales, deportivos, públicos, desfiles, inauguraciones. Comprendió desde un principio el valor que tiene la fotografía y más aún el cine, como documento gráfico, porque con el cine se puede ver el movimiento, cosa que la fotografía no logra al ser estática, es un segundo nada más lo que registra.
Tengo un archivo de muchas imágenes, lamentablemente con el tiempo muchas se han ido perdiendo, porque el material del cine especialmente, tiene una vida útil de unos cincuenta años. El celuloide se va degradando, hay que hacer copias. Ahora está la ventaja del video, se pueden transcribir todas las imágenes fílmicas en video, porque antes era muy oneroso hacer una copia de una película. Los negativos también sufren mucho deterioro con el tiempo y así se han perdido muchos registros. Santiago tenía al menos una ventaja, porque el clima era más seco, pero se ha visto, incluso en Hollywood, que mucho material se ha perdido a causa de la humedad.
Yo desde joven me crié en ese ambiente, mis juguetes eran los rollos fotográficos, de joven saqué fotografías de todo. Intensifiqué la actividad cuando Santiago contó con un canal de televisión, allá por el año 65. Ahí volqué toda mi inquietud, filmando para el noticiero, cortos publicitarios y programas. Siempre en base a esa característica del cine, como documento gráfico. Tengo muchas satisfacciones, de que mucha gente, a pesar de que pasaron muchos años, recuerda esas realizaciones. Después he tratado de conservar todo el material para ponerlo a disposición de las nuevas generaciones y tratar de inculcar a la gente, a los mismos fotógrafos, a los aficionados, que la fotografía es un arte, que no se limiten a la parte técnica. Está habiendo un cambio rotundo con el sistema digital, yo digo que siempre es la parte artística la que debe predominar, hay que prepararse, hay que estudiar, observar. Porque no es sólo encuadrar y apretar el disparador, hay que capacitarse. Eso es lo que veo en Santiago, no basta con el entusiasmo. Hay gente que dice “a mí me encanta la fotografía” y comprando una cámara de diez megapíxeles ya se considera un fotógrafo. Como el artista, que le gusta el teatro ya se considera un actor sin haberse preparado del todo. Todo está en la capacitación.

Hubo un período en que la gente fue desechando lo viejo. A partir del año 50 y pico, empezó la modernidad, todos desecharon los muebles, porque los consideraban no antiguos sino viejos. Así tiraron las sillas, las arañas y los cambiaron por los tubos fluorescentes y se perdió lo antiguo. Ahora se está rescatando y revalorizando los muebles antiguos como objetos artísticos. Mucha gente se ha desprendido de esas cosas que para algunos no tienen valor. El diario “El Liberal”, hace un par de años tuvo la intención de acopiar todo el material fotográfico existente en Santiago. Invitó a la gente a que le done o le presente sus fotografías y fue muy arduo el trabajo porque todos habían tirado lo que tenían. Incluso casas de fotografía habían tirado sus archivos. “El Liberal”, en esa época no contaba con sus propios fotógrafos, sino que los fotógrafos independientes aportaban sus trabajos, así que mucho del archivo del Liberal no hay, digamos de antes del año 60. Tenía un convenio con Mattar, por canje de publicidad, estudios “Mattar” sacaba tres fotografías por día y se las entregaba al diario. El Liberal no tenía sus propios fotógrafos. Desde el año 60 en adelante ya tuvo archivo registrado.
A nosotros nos tocó eso. Estaban construyendo una galería, al lado de casa, un buen día voltearon una pared medianera y los escombros se fueron encima del archivo que teníamos de fotografía, y una buena parte se perdió. Es algo imprevisible y que sucede. Por eso no tengo todo el archivo porque ocurrieron esas cosas.
En cuanto al material fílmico, es decir todo lo que filmó mi padre en la primera mitad del siglo XX, películas de celuloide, está resguardado en la editorial “El Liberal”, en unas cámaras especiales a prueba de fuego y de humedad, de esa forma se van a preservar por mucho tiempo, aparte han sido pasadas a video. Los negativos ya los he digitalizado y los tengo resguardados en copias de discos compactos.
Mucha gente, incluso mi familia me ha dicho para qué guardas esas cosas viejas, pero ahora se dan cuenta de que era importante. Porque la gente se interesa por las cosas antiguas. En el negocio que todavía conservamos hay un reloj a péndulo, grande pared, casi un símbolo de casa Gigli. Fue adquirido por mi padre en 1913, lo trajo de Alemania y ha estado desde ese entonces en casa.
Los primeros cincuenta años, como en prácticamente todas las casas se contaba con un reloj de pared, más chico, más grande, con sonería, sin sonería, no llamaba la atención, nadie lo miraba. Pero ahora, en la actualidad, entra un niño, de 8 o 9 años, le llama la atención y pregunta porque es algo que se ha ido perdiendo. Ahora un reloj es digital, en vez de madera tallada es de plástico y a pila. Se está descubriendo el pasado. Hubo un abuso cuando vino la era del modernismo, en 1950, 60, vinieron los muebles funcionales, pero cada vez los hacían más simples y llegaron a ser simplemente una chapa, sin ninguna moldura, sin nada, sin ningún trabajo. Se abusó de la modernidad, se reemplazó una buena madera por la fórmica, que es un plástico. Ahora se está queriendo volver, pero se esté perdiendo mucho de la artesanía que tenían las cosas. En Santiago y en todas partes un profesional era un buen profesional, en el sentido de que un herrero no era soldador y un doblador sino un artesano que realizaba obras de arte. Ahora uno ve un simple balcón y le llama la atención.

Al principio las fotografías digitales no se asemejaban en lo más mínimo a la tradicional o analógica, como se llama ahora. En la actualidad alcanzó la calidad de las tradicionales y en algunos casos la ha superado, con una serie de ventajas que no tenían antes. La ventaja principal es que uno sabe inmediatamente cómo ha salido la fotografía. Al tomarla y volverla a ver en la pantallita, uno ve si es buena o mala o tiene que repetir. Antes había que esperar un día o dos para ver eso.
Una cosa es el ojo humano y otra la fotografía. El ojo reacciona a todas las luces. Pero en la fotografía, si hay poca luz, todo sale negro. Ahora tiene otra ventaja, que es el trabajo que se le puede hacer en la computadora a posteriori. Pero no es cuestión de tomar la fotografía así nomás, requiere un poquito de cuidado. Hay que tomar la fotografía bien encuadrada, que no haya cabezas cortadas o alguna cosa atrás, todos detalles inciden en una buena toma. Hay que tener cuidado en el encuadre y en la composición.
En la fotografía no hubo muchos adelantos, a través de los años. Me parecía, antes de la aparición de la fotografía digital, que debería haber existido un sistema mucho más moderno, que el clásico de revelar con líquidos y lo que eso significaba: revelar, fijar, secar, luego hacer las impresiones, con otro lavado, revelado y secado. Me parecía un sistema muy anticuado. Pensaba que podía venir un sistema en seco o electrónico. Desde un comienzo la fotografía fue en blanco y negro. El que inventó la fotografía, cuando logró la primera se debe haber preguntado por qué no me salió en colores. Fue una búsqueda, hasta que se lo logró, casi cien años después. Los adelantos eran muy lentos, como en toda la técnica. Pasaban veinte años para que hubiera un pequeño adelanto. Ahora, gracias a la computadora, se aceleran los tiempos. Anteriormente, para diseñar un solo lente de una cámara fotográfica, que obtuviera un ángulo de dos grados más que el común, un grupo de veinte o treinta físicos ayudado por calculadoras manuales, demoraba de un año a un año y medio para hacer todos los cálculos que requería. Ahora, con la computadora, en un par de segundos -no digo minutos- se obtiene el mismo resultado.
Yo tengo algo que para mí es un tesoro, una cosa que tiene valor únicamente para mí. En ese sentido yo me siento privilegiado y creo que pocas personas en el mundo pueden ostentarla. Es una imagen fílmica, o sea de cine, que dura apenas unos segundos. Es una escena que el ser humano no puede retener, porque al tener un mes de vida, no puede tener ese recuerdo. Es una imagen, cuando yo tenía unos días de vida, con mi mamá que me está amamantando. Es una escena corriente ahora, pero verla después de 74 años... cuando muy pocos usaban el cine. Ahora sí, todo el mundo la puede hacer, pero ver una escena de esas, que la memoria humana no puede retener, después de muchos años, no creo que haya nada más hermoso en el mundo.

La donación

Las cámaras fotográficas y elementos que usaba mi padre, lo hemos donado al museo histórico y ahí se ha levantado una sala dedicada a todo ese material, con fotografías que también hemos donado. Personalmente muestro a los escolares imágenes fílmicas de la historia de Santiago de la primera mitad del siglo veinte. Pienso que es el período que en la provincia hubo grandes realizaciones y desde luego cambió el modo de vida de los santiagueños. En esos cincuenta años Santiago fue muy rico en experiencias, actividades y concreciones. Se concretaron el teatro 25 de Mayo, el Puente Carretero, la Costanera, hubo grandes obras como la escuela Del Centenario, el hospital Independencia. Y después el estilo de vida, les recalco a los chicos cómo era la vida en Santiago: la tranquilidad, la cultura que reinaba en esa época. Hay que recalcar que no todo lo nuevo es bueno. Mucha gente dice que hay que actualizarse.

Digital
La fotografía digital es algo que a mí personalmente me sorprendió. No podía creer que la firma Kodak dejara de fabricar los rollos de película. El dueño de Kodak, George Eastman fue el creador del rollo. Hasta esa época se usaba la placa de vidrio y él inventó el rollo. Se podría parangonar a George Eastman con Henry Ford. Ford, que quería que toda la gente tuviera un auto. Y Eastman que todo el mundo sacara fotos. Entonces las primeras cámaras eran lo más fácil de hacer “usted apriete el disparados, nosotros hacemos todo el resto”. Las cámaras ya venían con el rollo incorporado, uno tomaba las 20 ó 3o fotos, las entregaba al laboratorio que las revelaba y lo volvían a cargar. Eso puso la fotografía en manos de todos los aficionados.

Retoque
Ahora existe la posibilidad que antes estaba reducida a los profesionales, en cuanto al retoque. El retoque lo hacía antes una persona muy especializada para obtener un brillo en un ojo o eliminar una sombra indeseable, se iba raspando la emulsión, un trabajo artesanal engorroso. Ahora está el “Photoshop”, que soluciona todos los problemas, por supuesto que hay que usar una computadora, pero ahora están al alcance de los chicos. Eso permite mejorar las fotografías, pero se presenta el caso de que una fotografía puede no reflejar la realidad: en un partido de fútbol la pelota la puedes poner donde quieras. Eso genera el problema de saber si la fotografía puede usarse como prueba legal en un juicio, como se hacía antes con los negativos.

13 de julio de 2008

Elpidio Herrera


Ariel Horacio Sequeira


Asado y vino tinto de por medio, un domingo al mediodía, Elpidio Herrera, el creador de la ya mítica sacha guitarra atamisqueña, desgrana para esta revista cuáles fueron los caminos que lo llevaron a ser el único luthier original de Santiago. Un implacable grabador dio cuenta de un relato que se ofrece aquí en forma íntegra.

Yo soy nacido en Villa Atamisqui, vivo en el mismo lugar donde nací, en el mismo terreno, conservo el rancho de mi viejo, lo he disfrazado de casa por fuera, pero no es que lo tengo de recuerdo sino que habito en el mismo rancho, es parte de mi cotidiana vida, con los horcones apuntalados, porque se estaba cimbrando la solera. Yo me he criado en un ambiente muy de música, aunque no tanto, porque no abundaban los musiqueros y los instrumentos en aquel tiempo, cuando era chico. Pero mi padre era guitarrero, uno de mis tíos, hermano de mi papá, tocaba el violín y el otro tocaba el mandolín, así que conformaban un grupo con un sonido muy similar al que nosotros tenemos ahora. Eran guitarreros de aquellos tiempos, ¿no?, hechos a los tirones. Mi padre tenía la posibilidad de viajar a otros lados, no en busca de trabajo, porque su trabajo era en la casa nomás, era orfebre, platero, los tres hermanos eran plateros, los famosos plateros Herrera, plateros y de paso, músicos.

Y la música era de las tardes, de agarrar la guitarra y alegrarnos un poquito. Imaginate la escasez de música y musiqueros en aquellos tiempos, era un deleite escuchar una cuerda vibrar. Y se juntaban los tres, solamente en las fiestas de fin de año, Navidad y Año Nuevo, sobre todo, Año Nuevo. No sé por qué le daban mucha más importancia a esa fiesta que a la Navidad. De ahí posiblemente ha quedado grabado en mi recuerdo, porque yo no tenía inquietudes de músico, de chico, más yo traía el trabajo de mi padre, me sentaba al lado de él, en su tallercito, le agarraba las herramientas, algunas veces le habré arruinado algo.
Y lo mío transcurre en la niñez como que sí me interesaba la música, pero ahí nomás. Hasta que llega el momento de iniciar mi secundario, por esas casualidades me mandan a estudiar en La Banda. Ni siquiera me lo había propuesto mi familia, sino un inspector de escuela, don Mariano Moreno, que paraba en mi casa para salir a recorrer las escuelas del campo. Y un día, sabiendo que yo había terminado mi sexto grado, me invita a estudiar y yo le digo sí, pero medio ignorando de qué se trataba. En aquel tiempo, terminar el secundario significaba ser maestro. Yo pensaba que me traían a la escuela Normal. Pero me pone en la escuela Industrial de La Banda. En los primeros años, sin entender, por supuesto, con mucha incertidumbre, no sabía que las matemáticas se estudiaban de esa manera. Hasta que me voy ambientando, hasta que me empieza a interesar lo que enseñaban ahí, mientras tanto, aquellos conocimientos de música que tenía, los usaba como para ganar la simpatía de mis compañeros, porque además, así como así nomás, ya había aprendido a tocar la armónica también. Yo la ataba con un hilo, ahora usan unos aparatos. Y me acuerdo de haber debutado en una fiesta de la escuela, en la calle Urquiza. Pero, hasta ahí nomás.

Mis sueños eran ser ingeniero, tan es así que terminado mi secundario me voy a Buenos Aires, fracaso... ¡qué suerte que fracasé! He fracasado porque no había trabajo, quería trabajar y estudiar y era imposible. Me tomaban un tiempito, ninguna empresa se quería comprometer, porque los sindicatos ya empezaban con sus chillidos, ¿no? Hasta que por fin me vuelvo y encuentro un cura en Atamisqui. Yo era indiferente, como que le esquivaba al cura, era un cura alemán.
Te cuento mi conversión. El padre Alberto y nosotros con Piri habíamos estado jugando al fútbol, atrás de la iglesia estaba la cancha. Y veníamos caminando para la plaza, mi alpargata se había roto y yo tenía una puesta y la otra en la mano. Y bufaba el cura, frente a la iglesia, ya había llamado cinco veces y no aparecía ningún infiel.
Y gritaba: “¡Vengan zéquel, vengan, aquí hay Cristo!”. Zéquel es un insulto, es como decir bolúpido pero más fuerte. Entonces, por respeto y porque era un cura xtranjero he entrado. Bueno, Piri sí, porque su familia más entregada al catolismo, él sabía rezar, yo no. Y bueno, nos quedamos, éramos cinco o seis, nos quedamos, éramos como cinco.
Después de la misa, el cura comienza a comentar que hay muchas cosas por hacer “yo no quiero sacar nada, no quiero sacar si no sé qué poner”. Me iba interesando las cosas que tenía y me he quedado hasta muy tarde, las luces se apagaban a las doce de la noche, han apagado la luz y nosotros con una vela, seguíamos conversando. Creo que no me he bañado esa noche, ja já.

Eso ha producido un cambio en mi, me he empezado a ver de otro modo la vida y todo lo que me rodeaba, he empezado a valorar, creo, todo lo que significa la forma de ser y pensar de nuestra gente. Y me ha hecho volver hacia atrás, a mi ambiente de mi niñez, cuando yo mamaba la música y no me daba cuenta de que se introducía en mí y ahí estaba y permanecía.
A partir de entonces, te estoy hablando de que yo ya tenía 22 años, recién empiezo a querer ser músico. Y el mismo hecho de observar todo lo que nos rodeaba y que era rico y por eso, a pesar de que allá no había posibilidades, incluso de conseguir instrumentos, pero la gente se ingeniaba, se daba maña para hacer cosas para expresarse. Me acuerdo de la famosa “caspi guitarra” que mi padre contaba que Fulano había hecho. Era un palo encordado nomás. “Caspi” significa palo. Mi hermano Piri, ya tenía un conjunto, “Los coyuyos atamisqueños”, me invita a integrar ese grupo. Y el paso, en 1970, por Alero Quichua Santiagueño, con don Sixto, Felipe Corpos, Vicente Salto, eso ha sido definitivo para mí. Hacía chacareras, obviamente, aunque nosotros, con Piri, como estaba de moda la cumbia, también hacíamos cumbias, ja já.
Ahí es como que se ha creado un compromiso, porque yo veía que con tanta fuerza, estos viejos querían y pretendían preservar y hacer la música nuestra, sobre todo la música campesina, ¿no? El hecho de cantar coplas sueltas y arrimarles una melodía, aunque no esté bien marcada... Entonces me acuerdo de la “caspi guitarra”. Mis conocimientos técnicos no me ponían ningún impedimento para que agarre, machetee una tabla, le ponga una cuerda y tenga un instrumento. Y bueno, traigo eso. Y vieras con qué entusiasmo reciben el instrumento. Más me comprometen todavía, porque inmediatamente de conocer la caspi guitarra, me invitan a participar en una grabación del Alero Quichua Santiagueño. Era 1970 más o menos.

Con la “caspi guitarra” ando un tiempito, pero no podía quedar con una tabla encordada. Y medio por casualidad, llega un día a mi casa, una señora, pariente de Piri. Trae un poronguito, no era muy grande, chiquito. Y la señora dice: “Elpidio es tan travieso que capaz que haga una guitarra”, porque ellos oían la radio Nacional, que se escuchaba bien en ese tiempo y los domingos, la audiencia era para el Alero. Yo parto el porongo, tenía caja de resonancia en mi guitarra y ahí comienza otra historia, otra etapa, otra forma de ver. Sí, era muy sonora, la tengo todavía a la guitarrita esa. Y además tenía una afinación distinta a las guitarras comunes.
Bueno, las inquietudes siguen, no estaba muy conforme hasta ahí. De pronto había nacido una cosa en mí, como, capaz que el ingeniero frustrado empieza a aparecer en mí. Cambia de nombre también, por sugerencia de Sixto Palavecino. “Caspi” no, “sacha”. Porque caspi es palo o madera y todas las guitarras son de madera. Me dice don Sixto: “Vamos a homenajear a la gente del monte, a los sufridos campesinos, vamos a llamarle sacha guitarra, guitarra del monte”. Y bueno, ya tenía nombre y padrino: don Sixto. Pero yo quería sacarle algo más, alguna otra forma de tocar la sacha. He probado golpeando las cuerdas.
Y un día que estaba golpeando con una cuchara, haciendo un ruidito “zzz”, “zzz”, agarro un pincel de limpiar la máquina de escribir, uno largo y froto la cerda, pero no me decía nada. Pero me doy cuenta, ah, ¡cerda!, ¡sobre cuerda! Yo conocía a mi tío tocando el violín y le pasaba la resina esa. Yo tenía resina porque soldaba también con estaño y le paso, ¡y suena! Ahí había una fricción. Y por casualidad o no sé qué, en el horcón de mi casa como en todo horcón paisano había un mechón de cerda para colgar el peine. Así que ahí nomás, palito, un mechón de cerda, resina y, a frotar. Pero no sonaba bien, porque yo frotaba la cerda en la boca de la guitarra y no había un sonido claro, era el famoso gato pisado en la cola, el sonido. Pero no porque yo fuera brusco, sino porque no era el lugar indicado para frotar.

Entonces empiezo a buscar a lo largo. Cuando me voy acercando al puente, iba cambiando la cosa. Y ahí creo que empieza un momento de observación y me acordaba de los métodos científicos que se enseñaban en la Industrial. Y estaba cerca del puente, el lugar exacto, pero no podía, porque me molestaban las otras cuerdas, entonces qué hago. Y, hacerle un agujero junto al puente a la pobre sacha. Pero me daba la posibilidad de tocar solamente en la primera cuerda.
Era muy lindo porque era una experiencia nueva, en una sola cuerda había que hacer todas las notas y trabajar con la mano izquierda de punta a punta. Había logrado una técnica y no nos hemos separado más, con mi hermano, con mi hijo. Incluso estamos trabajando en un instrumento, que con sorna le llamamos “Equis 10”. Pero es bastante revolucionario. Es una sacha, sin caja, como que volvemos a la caspi guitarra, pero incorporándole todas las cosas que se han ido modificando en la sacha guitarra. La actual “Equis” tiene dos cuerdas primas, una muy grave y la otra muy aguda y él toca, no con el arquito que tenemos en la sacha guitarra sino con otro de doble cerda, lo que le da la posibilidad de lograr un efecto octavado, que es una maravilla.
Mientras tanto, sobre la sacha no nos había preocupado tocar el resto de las cuerdas porque con el resto hacemos el punteo y la otra va haciendo el sonido de violín. Hasta que un día le incorporamos una quinta cuerda, porque siempre era de cuatro, pero no siguiendo la línea de afinación del resto, sino como una cuerda extra, que se encarga de hacer los ruidos y los otros efectos no teníamos antes. Ahí hacemos el cello, había que hacerle otro orificio a la pobre sacha, el sikus. Y ahí es cuando casi me maravillo de mi propia creación, porque con un instrumento de cuerda estamos imitando un instrumento de viento y suena como a viento. Y de ahí vienen todas las imitaciones del burro, del gallo, de los pájaros.

¿Por qué nunca me he ido de casa? Por qué he vuelto, en todo caso.
Porque me ha ido mal, ja, já. Pero, el patio de mi casa está intacto, con los mismos árboles, a no ser que un viento los arranque, yo cortar no. Mis ancoches cada vez son más, porque cada verano crecen. Soy un querendón de la cosa, eso es cierto. Además hay mucha nostalgia, mi niñez ha sido muy linda, quiero tenerla conmigo para siempre.
La primera vez, en 1992, cuando volvemos de Alemania, a la mañana bien tempranito era, el sol estaba saliendo, estaba viendo mi amanecer y salgo de la camioneta y me tiro al piso a besar la tierra. Había vuelto a mi tierra. Te digo, contar esto me causa cierta emoción, ¿no?


El musiquito de la primaria

Esa era mi infancia, nosotros éramos seis hermanos, vivimos cinco actualmente. Unos de mis hermanos, que actualmente está tocando conmigo, él sí, ya tenía esa inquietud de agarrar la guitarra, mi padre le enseñaba las primeras notas y todo eso. Ya de jovencito tocaba la guitarra. Yo, como medio a la fuerza debo haber aprendido a pulsarla, pero no le daba mayor importancia. Eso sí, era el musiquito de la primaria y Piri Leguizamón, que actualmente está en el conjunto, era la voz más afinada y de chico nomás manejaba la voz, haciendo primera y segunda, que para nosotros era una cosa muy difícil, no estábamos familiarizados con ese tipo de cosas. Piri también viene de una raza de cantores. Yo me acuerdo de que la madre y la tía, hacían notar su voz en las procesiones de Semana Santa, sobre todo. Y el abuelo era don Zenón Revainera, un famoso vidalero. Así que él venía de familia de voces.

El temple del diablo

Se hablaba también en aquel tiempo, entre la paisanada, del temple del diablo, era una afinación que así, al aire, ya era un acorde en sol y era tan fácil sacar melodías sin hacer notas. Entonces la primera afinación de la sacha guitarra ha sido así, de esa manera. Le decían el temple del diablo, porque era tan fácil de tocar sin las posturas normales y tradicionales de la guitarra, sin apretar, con todas al aire, salían melodías. Sin querer yo estaba rescatando algo que se iba perdiendo en aquel momento. Sin dudas son ideas que vienen de las Europas, porque mucho tiempo después le muestro a un francés, un musicólogo, que ve eso y me dice “ah, esto se puede hacer en la guitarra tradicional”. Sí, le digo, yo lo he aprendido de ahí. “Y cómo era”. Y le muestro, afinando las cuatro primeras cuerdas. “No -me dice- esto no es completo se puede afinar todo”. Y me muestra cómo. “Sí, dice, lo vi en España”.

Mirar lo que no está
Yo creo que el santiagueño le canta a lo que no tiene, a lo que desea tener, que está mucho más allá. En Shunko, cuando le preguntan que ve, empieza a describir lo que hay. Y más adelante un árbol, el algarrobo es el árbol por excelencia. Yo creo que estaba jugando con la imaginación. Creo que eso le sucede al santiagueño, mira lo que no está, lo que desearía que esté. Es como que te has casado con la mujer más fea, pero vos la ves linda. Qué te hace enamorar, tu fantasía, no lo que está. Como don Casimiro, que vive al lado de Coco. Que le preguntan, don Cashi, por qué se ha casado con mujer tan fiera. “Pa que nadie le tenga afición”, decía. Yo he andado por todos los paisajes y siempre vuelvo a mi salitral.

8 de julio de 2008

Un trabajo asombroso


Entrevista con Jorge Eduardo Rosenberg.


Para mí, antes que nada, ser director de la biblioteca 9 de Julio es un asombro", dirá Jorge Eduardo Rosenberg, al principio de una entrevista que concedió para esta publicación. Más adelante se explayará diciendo que "esta biblioteca es la nave insignia de las bibliotecas de Santiago del Estero. Y más aún por haber pertenecido a la memoria del barrio de mi infancia. Tengo la obligación de dirigir una maravilla, una maravilla que debe ser cuidada, un paraíso que debe ser cuidado. Yo he asistido de niño, como mucha gente, pero nunca había estado en las entrañas de la biblioteca, un lugar al que como lector no tenía acceso".
Dirá también que en su nuevo papel de director está "escarbando y encontrando cosas tan maravillosas, que finalmente puedo rescatar, tengo el privilegio de tener acceso a estos libros de tanto valor".
A continuación, parte de la entrevista.
-¿Te has topado con alguna sorpresa en cuanto a los libros?
-La sorpresa con que me he encontrado, en mi papel de director, no de lector, es estar sentado en una oficina que se denomina bibliográficamente los "raros y curiosos". Otra sorpresa que me encuentro es la gran documentación del Archivo de Indias, que tiene un valor insospechado. Es lo que voy viendo de a poco. Y algunos textos que están muy próximos a lo incunable.
-¿Hay incunables aquí?
-Hay incunables.
-Uno de los proyectos que alguna vez hubo para la biblioteca 9 de Julio es llevar, por lo menos los libros santiagueños a otro sitio. ¿Hay otros proyectos?
-Algunos opinan que se debería trasladar esta biblioteca a otro local. Yo pienso que esta biblioteca es enteramente una joya, no solamente por la riqueza de los libros, sino también por lo edilicio. Todo esto: el edificio y los libros, constituye una maravilla arquitectónica. Mi opinión personal es que se podrían hacer reformas, hay un proyecto de irse hacia el costado, hacia la placita de las Chismosas, es un proyecto que ya está conversado. Yo preferiría que se quede tal cual. Veo por televisión bibliotecas en Europa que hasta los edificios tienen 200 ó 300 años. Cuidando bien, atendiendo todos los problemas de mantenimiento del edificio, puede esta maravilla seguir vigente en este lugar de Santiago, que es el centro mismo de la ciudad principal, el centro mismo del barrio de las Catalinas, estamos aquí en el ombligo de las Catalinas.
-¿Qué relaciones institucionales mantiene la biblioteca 9 de Julio con las demás bibliotecas de la provincia?
-Por lo que veo, hasta ahora, bastante poco. Gobiernos anteriores le dieron la categoría de popular, para bajar algunos proyectos nacionales. Es provincial y popular, para que entre en el espectro de todas las bibliotecas del país. Pero esta no es una biblioteca popular. Repito, para mí es la nave insignia que debe tener una buena escuadra en el mundo de las bibliotecas. Es una guía. Es la nave en la que está el material bibliográfico más importante de la provincia, junto con la Sarmiento. Es el reservorio que tiene la provincia, actuando como tal, puede seguir dando apoyo a las demás bibliotecas. Estamos en contacto con ellas, pero estamos muy lejos de hacer proyectos comunes, con el tiempo habrá que ir amalgamando esta relación, mientras tanto hay que arreglar la casa, acomodar, limpiar y rescatar los libros que están tirados como basura, que es lo que estamos haciendo.
-Un sueño de un buen escritor, que se supone que también es un buen lector es, justamente trabajar en una biblioteca, ¿has leído mucho últimamente?
-Estoy salpicando, porque donde meto la mano saco una maravilla y no sé con cuál quedarme, no puedo sentarme a leer una novela. No estoy leyendo sistemáticamente, sino salteado y asombrosamente.
-¿Qué me puedes decir del personal que has hallado en la biblioteca?
-Hay 32 empleados, siete ú ocho de planta permanente y el resto son jefes de hogar y contratos que vienen a trabajar por muy poco dinero y lo hacen con mucho ahínco. Tengo que resaltar a la gente contratada, que tiene salarios muy bajos y pone mucha voluntad, en muchos casos es gente que viene de lejos, contribuye muchísimo y lo hace sin tener una relación, es gente que podría estar empleado en cualquier lado, llegó aquí y entró en el mundo de los libros. Es gente que no ha sido criada entre los libros y pregunta y pone voluntad de trabajo. Es una tarea asombrosa la que realiza, en relación al salario que recibe.
-¿A qué te hace acordar el olor a libro viejo? ¿Qué reminiscencia te trae?
- La colección del Mundo Pintoresco, de mi padre, la de Monteiro Lobato que fueron los primeros libros que mi madre puso en mis manos, los de Constancio Vigil. Esos libros que uno de niño abría para respirar el sabor de las páginas.
-El libro como objeto también es importante para vos.
-Por supuesto. En suma hay todo un rubro de arte en cuanto a las colecciones valiosas. Dentro del mundo del arte también hay una cotización, como en la pintura, la escultura, como cualquier obra de arte. Y aquí hay joyas, obras de arte del libro como objeto.

-¿Sigues sin hacerte amigo de la computación?

-En algunas cositas sí, ya estoy conversando con ella.