8 de julio de 2008

Un trabajo asombroso


Entrevista con Jorge Eduardo Rosenberg.


Para mí, antes que nada, ser director de la biblioteca 9 de Julio es un asombro", dirá Jorge Eduardo Rosenberg, al principio de una entrevista que concedió para esta publicación. Más adelante se explayará diciendo que "esta biblioteca es la nave insignia de las bibliotecas de Santiago del Estero. Y más aún por haber pertenecido a la memoria del barrio de mi infancia. Tengo la obligación de dirigir una maravilla, una maravilla que debe ser cuidada, un paraíso que debe ser cuidado. Yo he asistido de niño, como mucha gente, pero nunca había estado en las entrañas de la biblioteca, un lugar al que como lector no tenía acceso".
Dirá también que en su nuevo papel de director está "escarbando y encontrando cosas tan maravillosas, que finalmente puedo rescatar, tengo el privilegio de tener acceso a estos libros de tanto valor".
A continuación, parte de la entrevista.
-¿Te has topado con alguna sorpresa en cuanto a los libros?
-La sorpresa con que me he encontrado, en mi papel de director, no de lector, es estar sentado en una oficina que se denomina bibliográficamente los "raros y curiosos". Otra sorpresa que me encuentro es la gran documentación del Archivo de Indias, que tiene un valor insospechado. Es lo que voy viendo de a poco. Y algunos textos que están muy próximos a lo incunable.
-¿Hay incunables aquí?
-Hay incunables.
-Uno de los proyectos que alguna vez hubo para la biblioteca 9 de Julio es llevar, por lo menos los libros santiagueños a otro sitio. ¿Hay otros proyectos?
-Algunos opinan que se debería trasladar esta biblioteca a otro local. Yo pienso que esta biblioteca es enteramente una joya, no solamente por la riqueza de los libros, sino también por lo edilicio. Todo esto: el edificio y los libros, constituye una maravilla arquitectónica. Mi opinión personal es que se podrían hacer reformas, hay un proyecto de irse hacia el costado, hacia la placita de las Chismosas, es un proyecto que ya está conversado. Yo preferiría que se quede tal cual. Veo por televisión bibliotecas en Europa que hasta los edificios tienen 200 ó 300 años. Cuidando bien, atendiendo todos los problemas de mantenimiento del edificio, puede esta maravilla seguir vigente en este lugar de Santiago, que es el centro mismo de la ciudad principal, el centro mismo del barrio de las Catalinas, estamos aquí en el ombligo de las Catalinas.
-¿Qué relaciones institucionales mantiene la biblioteca 9 de Julio con las demás bibliotecas de la provincia?
-Por lo que veo, hasta ahora, bastante poco. Gobiernos anteriores le dieron la categoría de popular, para bajar algunos proyectos nacionales. Es provincial y popular, para que entre en el espectro de todas las bibliotecas del país. Pero esta no es una biblioteca popular. Repito, para mí es la nave insignia que debe tener una buena escuadra en el mundo de las bibliotecas. Es una guía. Es la nave en la que está el material bibliográfico más importante de la provincia, junto con la Sarmiento. Es el reservorio que tiene la provincia, actuando como tal, puede seguir dando apoyo a las demás bibliotecas. Estamos en contacto con ellas, pero estamos muy lejos de hacer proyectos comunes, con el tiempo habrá que ir amalgamando esta relación, mientras tanto hay que arreglar la casa, acomodar, limpiar y rescatar los libros que están tirados como basura, que es lo que estamos haciendo.
-Un sueño de un buen escritor, que se supone que también es un buen lector es, justamente trabajar en una biblioteca, ¿has leído mucho últimamente?
-Estoy salpicando, porque donde meto la mano saco una maravilla y no sé con cuál quedarme, no puedo sentarme a leer una novela. No estoy leyendo sistemáticamente, sino salteado y asombrosamente.
-¿Qué me puedes decir del personal que has hallado en la biblioteca?
-Hay 32 empleados, siete ú ocho de planta permanente y el resto son jefes de hogar y contratos que vienen a trabajar por muy poco dinero y lo hacen con mucho ahínco. Tengo que resaltar a la gente contratada, que tiene salarios muy bajos y pone mucha voluntad, en muchos casos es gente que viene de lejos, contribuye muchísimo y lo hace sin tener una relación, es gente que podría estar empleado en cualquier lado, llegó aquí y entró en el mundo de los libros. Es gente que no ha sido criada entre los libros y pregunta y pone voluntad de trabajo. Es una tarea asombrosa la que realiza, en relación al salario que recibe.
-¿A qué te hace acordar el olor a libro viejo? ¿Qué reminiscencia te trae?
- La colección del Mundo Pintoresco, de mi padre, la de Monteiro Lobato que fueron los primeros libros que mi madre puso en mis manos, los de Constancio Vigil. Esos libros que uno de niño abría para respirar el sabor de las páginas.
-El libro como objeto también es importante para vos.
-Por supuesto. En suma hay todo un rubro de arte en cuanto a las colecciones valiosas. Dentro del mundo del arte también hay una cotización, como en la pintura, la escultura, como cualquier obra de arte. Y aquí hay joyas, obras de arte del libro como objeto.

-¿Sigues sin hacerte amigo de la computación?

-En algunas cositas sí, ya estoy conversando con ella.

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