8 de julio de 2008

Articular contenidos

Desde este número, 80 ejemplares de la revista serán repartidos entre las 80 bibliotecas populares que tiene la provincia. Además del que recibe usted en su casa, otros son entregados en mano a maestros, periodistas, ingenieros escritores, abogados, médicos, arquitectos, solamente para que las letras no se caigan. Fue una de las premisas que nos fijamos desde el primer número, que la revista se lea, por eso no la dejamos en bares y confiterías, no la repartimos al azar por la calle, no la dejamos tirada en cualquier parte a ver quién la lleva a su casa.
Además, desde la tercera edición, ya hay 16 páginas para leer, por exigencias de los impresores son ocho en color y el resto en blanco y negro, con una diagramación que pocas veces ha sido vista en la provincia y textos de autores santiagueños y de todo el mundo.
Desde este ejemplar comenzamos a analizar -a pensar juntos- el destino de la educación en la provincia. El debate casi siempre trae la discusión, palabra que no nos asusta, sino que más bien la asumimos como un desafío, como un compromiso ante tantos lectores que seguramente han de tener su idea formada acerca de lo que se necesita en esta materia tan vapuleada en los últimos años.
Dicho desde una independencia de criterio que pretendemos mantener, creemos que Santiago, desde la asunción del último gobierno constitucional, abrió puertas que habían estado cerradas con candado desde hacía por lo menos diez años. Una de esas puertas es la independencia de criterio que pueden exhibir los santiagueños ante cualquier asunto que se presente a la luz pública, sin temores a ser investigados o excluidos de la vida ciudadana como si fueran enemigos del estado. Esto ocurrió porque la gente lo quiso así, porque era hora de que los nuevos aires que soplan desde hace mucho tiempo en toda la Argentina, llegaran a esta provincia, de una buena vez por todas. En una palabra, se acabó el miedo.

Por eso, queremos aprovechar estas líneas, para pedirle que se comunique con nosotros, que exprese sus ideas sin temor, que diga qué piensa de la nueva ley de educación nacional que se sancionó hace unos días, cómo se deben articular los contenidos de esa norma, para que sean recibidos de la mejor manera posible en Santiago. Esperamos sus comentarios, porque con ellos iremos construyendo un Santiago en el que su juventud quiera y pueda estudiar, forjarse un futuro y ayudarnos a salir de un estancamiento que viene de otros siglos.

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