26 de junio de 2008

Transformación educativa


Hugo Funes (*)

Una vez más debemos reafirmar que el Estado debe aplicar políticas educativas coherentes y necesarias para el desarrollo de la educación. No obstante debe quedar en claro que existe una diferencia entre políticas educativas y ley provincial de educación, porque son dos cosas diferentes que si bien pueden ir relacionadas o estar muy unidas, son sin embargo dos elementos a considerar por separado.

La Federal de Educación (hoy sin vigencia) modificó en su momento a la Ley 1.420, renovando un proceso que estaba desgastado y cuyos objetivos habían sido cumplidos. Ese cambio sin embargo no se produjo por fallas en la ley en si misma, sino por fallas en la transformación educativa durante ese proceso. Obviamente las leyes son perfectibles, no obstante aquella norma hoy caduca tenía muchas cosas positivas, que por falta de una decisión política no se concretaron.

Como ejemplo destacó que la propuesta del inversión del seis por ciento del producto bruto de la actual Ley Nacional de Educación, que a todas luces es muy importante, ya estaba en la Ley Federal de Educación aunque nunca se cumplió. Sin embargo debemos reconocer que esta apoyatura económica hoy está acompañada por la llamada Ley de Financiamiento Educativo, norma que será fundamental cuando se plantee la inversión del sector.

Es en este contexto que aparece la Ley de Educación Provincial, norma a la que aspiramos desde hace mucho tiempo. En su momento todos los sindicatos trabajaron en un anteproyecto que fue presentado en la Cámara de Diputado de la provincia, en las postrimerías del gobierno de Carlos Juárez, que posteriormente no prospero.

Con la nueva Ley Nacional de Educación es imprescindible sancionar una norma para la provincia. En ese marco el calendario para el debate propuesto por el Poder Ejecutivo provincial, permitirá la participación de toda la sociedad en su elaboración. En su momento los más pesimistas argüían que no había que participar del debate por la Ley Nacional, "porque ya estaba todo hecho"; por el contrario sostengo que la única manera de agudizar las críticas es participando. Por eso voy a insistir una vez más, poniendo énfasis en la necesidad de participar de los debates. No obstante debemos reconocer que quizás los tiempos para este trabajo (calendario) son los más adecuados para esta tarea, pero es una misión muy importante la que tenemos por delante y no debemos escatimar ningún esfuerzo para estar presente durante estas discusiones.

Soy optimista porque entiendo que esta ley será discutida por los representantes del pueblo y por lo tanto entiendo que responderá a las inquietudes y necesidades de toda la gente. No obstante lo más importantes será cómo se va a desarrollar posteriormente la transformación educativa, es decir cómo se implementará esa ley.

En el Sindicato Argentino de Docentes Privados valoramos mucho la capacidad de nuestros afiliados para opinar, valoramos a nuestros delegados y a los docentes en general; sabemos que su capacidad para opinar desde la experiencia, carencia que exhiben quienes tienen a su cargo sancionar las leyes. Por eso remarcamos que sería muy importante escuchar la voz de la experiencia. Ante estas consideraciones debemos pedirle a la sociedad que haga un esfuerzo más, aportando su grano de arena en este proceso porque redundará en beneficio de todos.

Con un calendario de discusiones tan apretado creo que este año no debería salir de vacaciones nadie para trabajar en la ley provincial, porque indudablemente merece todo el esfuerzo que podamos hacer. Desde luego entiendo que habrá un tiempo para cada cosa, es decir para el merecido descanso de los docentes y para esforzarse en la tarea de debatir esta norma.

Más que el texto de la ley lo que más me preocupa es la transformación educativa. El texto es importante para que sostengan las políticas del sector, pero la política lleva a la práctica todo lo que se escribe en el papel.

Con los cambios actuales y los que vendrán habrá una participación relevante del ministro de Educación provincial, que tendrá que trabajar en el Consejo Federal de Educación; también será relevante la participación de los sindicatos que tendrá que discutir en paritarias todo el proceso de transformación, de allí que nuestra aspiración es que ese proceso también se de en Santiago del Estero; nobleza obliga debemos reconocer que hasta hoy tenemos esa posibilidad en la provincia, porque al menos nos escuchan (léase Mesa de Trabajo).

Nos complace que el proyecto provincial muestre un paralelo con la Ley Nacional de Educación, porque entendemos que la norma nacional terminará con la fragmentación del sistema.

Al analizar el borrado entregado por el Gobierno de la Provincia, en su punto nueve, encontramos que habla de la educación pública de gestión privada, y lo que hace es reconocer algo que nosotros venimos señalando desde hace mucho tiempo, que en la provincia hay muchas lugares en donde la única educación existe es la privada, que reemplaza una obligación del Estado. Es importante que reconozcan este importante papel de las escuelas privadas.

Nos quedará tras la sanción de la ley provincial, la discusión de la ley de educación privada, que tiene que estar en el marco de todas estas leyes de educación general. Es indudable que se abre un panorama muy positivo si todo esto se cumple y se hace.

(*) Secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Privados.

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